Si bien su contenido pasó desapercibido entre la prensa europea, en Kedistan hemos considerado oportuno, por diversas razones, traducir esta entrevista a Aslı Erdoğan.
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Hacemos hincapié en el hecho de que cuando participamos en la movilización solidaria por la liberación de Aslı Erdoğan nuestro propósito transcendía los objetivos de una campaña por la libertad de expresión. Cuando traducimos los textos de Aslı [en francés e inglés AQUÍ] e incitamos a que fuesen leídos en público fue precisamente porque su enfoque político (en las antípodas de la jerga política), provocaba una concienciación y tal y como afirma a lo largo de esta entrevista, instaba a transgredir los límites más allá de los cuales todo es posible. Es lo que explicaba en cartas como “lo que sacudirá inevitablemente Europa” y “crisis existencial de Europa”.
Por aquel entonces acabábamos de asistir en directo a las masacres de Cizre. Zehra Doğan nos entregó su interpretación de Nusaybin destruida… Dos mujeres que sin conocerse utilizaban el arte para narrar al mundo lo indecible. Una de ellas es kurda, la otra se autoproclama turca blanca… ¿No os parece motivo suficiente para traducir el artículo?
Otra razón imperiosa reside en el enfoque de ambas mujeres, que refiriéndose a Turquía, las destrucciones y muertes provocadas en Bakur durante 2015/2016, las purgas y encarcelamientos del presente, nos instan a una reflexión transnacional y humanista sobre los estragos causados por el nacionalismo y los secuelas que esos crímenes provocan frenando todo atisbo de futuro. Kedistan surgió precisamente en esa coyuntura.
Las obras expuestas de Zehra Doğan y los libros y artículos firmados por Aslı Erdoğan plasman la mirada y la lectura del margen tenebroso del mundo. Una se define adepta de la soledad, la otra hace un llamamiento a la lucha colectiva, pero ambas reclaman que salgamos de nuestro letargo y reaccionemos. Las dos son mujeres…
Con motivo de la publicación en Alemania de “Das haus aus Stein” (libro inédito en castellano) en la editorial Penguin, Zülküf Kurt resalta en la introducción de la entrevista que realizó a Aslı Erdoğan en Frankfurt, la notoriedad transnacional de la escritora tras la campaña de solidaridad de la que fue objeto tras su detención.
“Aslı Erdoğan es la escritora contemporánea en lengua turca más reconocida a nivel internacional. Fue juzgada y amenazada con la pena a prisión perpetua: la autora fue detenida por haber participado de manera ocasional en el consejo de administración del diario Özgür Gündem y permaneció entre rejas 136 días. Una escritora cuyos libros han sido traducidos a 19 idiomas y cuyos textos a más de 30… El volumen “El silencio no te pertenece” (inédito en castellano) ha sido publicado en 12 idiomas. Catherine Deneuve ha prestado su voz a la versión sonora en francés editada por Editions des Femmes.”
En el reportaje publicado en Yeni Özgür Politika, en turco, Aslı se expresa sobre la situación actual en Turquía, Cizre, Sur, el barrio histórico de Diyarbakır y su propia prosa…
- Permaneció detenida durante 136 días. ¿Le sorprendió que solicitasen para usted una condena a perpetuidad?
A quién no le sorprende algo así. Nunca fui una figura política activa. Jamás he pertenecido a un partido. Ni tan siquiera he sido miembro de una asociación. Vivo sola, escribo sola, lucho en soledad. Claro que he participado en acciones solidarias, en combates comunes con la gente, pero cualquiera que haya leído 3 artículos míos sabe que es absurdo que pueda tener relación con una organización. En Turquía se emplea este término [organización] como si se tratase de algo ilegal. Sin embargo organización significa hacer cosas juntos. Desgraciadamente mi personalidad no se concuerda con este hábito. Considero que la soledad es también un proceso de reclusión. La escritura “coordinada” no es una tarea que pueda durar mucho tiempo. Solo hago política mediante mis artículos.
Comencé a escribir crónicas en 1998. Teniendo en cuenta el clima reinante en Turquía me atrevo a decir que es casi milagroso que no me hayan investigado en relación con mis artículos. Es cierto que mi estilo evita la jerga política tipo slogan. Ningún fiscal ha podido encontrar un indicio que me pueda incriminar mediante un artículo del código penal. Lo que significa que teniendo en cuenta que jamás he sido inculpada, el hecho de encontrarme ante la justicia y que reclamen para mí la condena a perpetuidad, ya que me juzgan según el artículo 302, no describe mi situación personal sino que demuestra en qué estado se encuentra el país. Es la primera vez que acusan a un periódico [Özgür Gündem] según el artículo 302, es decir de “atentar contra la integridad del Estado”. De hecho la coordinación de las administraciones que se iban turnando carecía de responsabilidad legal con respecto al diario.
Cuando me detuvieron yo era ya una autora traducida a más de 10 idiomas, había recibido 6 premios (ahora los galardones se han multiplicado por dos). Entre otros figura el premio literario Sait Faik, el primero que recibí en 1990. Llevo 29 años dedicada a la literatura. ¡Cómo pueden acusar a una mujer que no conocen de nada de ser dirigente del PKK! ¡Hasta los cuervos se reirían! En los informes policiales consta, tras haberme vigilado de cerca, que “Se sospecha que Aslı Erdoğan sea miembro del PKK, ya que supuestamente ha apoyado a los universitarios por la paz”. No es necesario que lo sospechen, he demostrado mi solidaridad con los universitarios públicamente. He pronunciado discursos representando a los autores por la paz. El expediente está vacío, la propia policía está desamparada. No tengo nada en común, ninguna relación con el PKK, nada…
¿Qué han encontrado tras tanta búsqueda? “Ah, forma parte de los asesores de Özgür Gündem” “Ya está, ¡bingo! Teniendo en cuenta que Aslı Erdoğan dirige Özgür Gündem eso significa que también dirige el PKK. Es incluso una de sus fundadoras”. A partir de ese detalle desataron el proceso. La coordinación de los asesores no tenía ninguna influencia ni en el diario, ni en la práctica ni desde un prisma legal. Cuando se fundó el PKK yo tenía 10 años. No soy kurda… bueno, eso tampoco tiene importancia, pero no hablo el kurdo. En fin, si fuese una de las dirigentes, al menos habría aprendido el kurdo, qué menos… sobre todo teniendo en cuenta que soy una de las fundadoras. ¿O se supone que dirigí la organización con ayuda de traductores/ traductoras? Es un juicio tragicómico. Cuando nos pusimos en fila delante del juez, comenté que “el PKK les iba a llevar a juicio por difamación por haber minado su reputación”.
Necmiye Alpay, Bilge Contepe y servidora, enfundadas en un traje de chaqueta presentamos nuestra defensa. Resulta cómico. ¿Somos nosotras las dirigentes de la organización? Por amor de dios, ¿no hay otras personas para llevar a cabo la tarea? Nos referimos a la organización de guerrilla más antigua del mundo. Necmiye Alpay, Bilge Contepe y yo somos las líderes… ¿Qué replicar ante algo así? Teniendo en cuenta que desde hace años ni tan siquiera consigo guiar mi propia persona… Debido a mi carácter nunca he podido formar parte la cadena de mando de ninguna estructura organizativa, soy incapaz. Toda la gente me pisotearía y pasaría delante de mí. Dar órdenes, el poder, me repugna. Ni tan siquiera consigo utilizar el ordenador, porque no me gusta mandar. ¿Cómo reaccionar frente a la tesis que asegura que dirigía una gran organización?… ¿es un piropo o qué? No lo sé. En fin, se trata de una detención que sobrepasa los límites del raciocinio. Creo que era la primera vez que ponían en práctica algo así. Por desgracia no fue la última.
- La perpetuidad inexplicable, emblema de nuestra época.
Pienso que la perpetuidad inexplicable es el lema de nuestra época, tal y como los campos de concentración se convirtieron en el emblema de los nazis – pero los campos de concentración no fueron una invención nazi-. Me consta que este último año 758 personas han sido condenadas a la pena máxima, en relación con la tentativa golpista (del 15 de Julio de 2016). Las cifras varían sin cesar. Entre ellos figuran 17 civiles. Si añadimos lxs condenadxs durante los juicios al PKK-KCK el número se eleva a más de 1500. No conozco la cifra exacta. Miles de personas han sido condenadas a perpetuidad y según mis estimaciones decenas están siendo procesadas.
Desde hace pocas semanas Osman Kavala y el equipo de Anadolu Kültür forman parte de ese colectivo. Ahora solicitan para todxs aquellxs que consideran “culpables” la perpetuidad inexplicable. Los llevan a juicio y lo peor de todo es que a pesar de carecer de pruebas los condenan. Es como durante la época de Stalin. Nosotras fuimos, junto con Necmiye Alpay, las primeras. Justo después le tocó el turno a Ahmet Altan.
- ¿Su detención significó un mensaje para subrayar que “no se debe mostrar solidaridad hacia los kurdos”? ¿Cuál es su lectura al respecto?
Como todo el mundo busco una explicación racional y acabo por desvariar. He analizado con detención el periodo nazi. Se me puede considerar una especialista de los campos de concentración. Se podría decir que de alguna manera el fascismo surgió cuando se perdió la racionalidad. Ninguna explicación racional esclarecería por qué enviaron a las cámaras de gas a 6 millones de seres humanos. Pienso que en Turquía, a estas alturas, las explicaciones racionales son insuficientes. Porque el individuo que tenemos enfrente no se comporta de manera racional. Lo primero que me viene en mente es la solidaridad con los kurdos. Es su estrategia política. Antes de atacar a los kurdos con su “plan destructivo” quiebran los círculos exteriores. ¿Pero por qué detener en primer lugar a Aslı Erdoğan? ¿Qué papel jugaba yo en la red de solidaridad con los kurdos? Puede que hubiese 1000 personas susceptibles de ser arrestadas antes que yo. ¿O es Ahmet Altan el líder de la lucha contra Fetullah Gülen? ¿Es él el estandarte del movimiento? No, no lo es. Acusan a Osman Kavala de querer derrocar el orden institucional… está claro que son nombres simbólicos, pero no son figuras clave. Incluso si se tratase de una lucha justa, en mi opinión se trata de un grave error.
Si yo pusiese en marcha un “plan destructivo” contra los kurdos, no empezaría por Aslı Erdoğan. De hecho los juicios abiertos a los miembros del movimiento gülenista tienen cierta lógica. Han colocado a sus chivato en todas partes, en todos los órganos, incluidos los periódicos de izquierda. Han indagado. Han fabricado pruebas, falsas o no, han creado una red. Gracias a internet han encontrado la manera de cercar a individuos, de dejarles sin escapatoria. Incluso en mi ordenador han encontrado programas de vigilancia. Significa que han espiado a decenas de miles de personas. Ahora sin embargo arrestan al azar, a ciegas. En otras palabras, es puro fascismo. Lo arbitrario… ¡Aslı Erdoğan no tiene límites! ¡Estamos enfurecidos con Ahmet Altan! ¡Nunca nos ha convencido Osman Kavala!
Lo único que podría unirnos sería nuestro punto de vista sobre la cuestión kurda, la armenia y ciertos tabúes de los turcos blancos. Evidentemente ha habido una pauta tipo “nos cargamos a quien toque el tema kurdo”. Es un mensaje dirigido principalmente a los turcos blancos. Yo no me considero como tal, pero para mucha gente soy una turca blanca. “! No os mezcléis. Nos ocuparemos de ellos! ¡Por quién os tomáis traidores a la patria!”
Solicitan penas de cárcel de 7 a 10 años para quienes simplemente han participado en “guardias solidarias”. Hubo incluso lectorxs que me dijeron “Aslı te queremos mucho pero ¿qué pintas tú en Özgür Gündem?” Es precisamente este detalle el que no han digerido y lo consideran algo criminal. Nadie leía lo que escribía en Özgür Gündem. Pero el hecho de que escribiese en ese diario molestó seriamente a personas de entornos diversos. Y puede que lo que me haya sucedido sea el castigo por ello.
- Fue imputada por 4 artículos que escribió sobre Cizre, Sur, Nusaybin: “Este es tu padre”,” El diario del fascismo hoy”, “Lecturas de relatos de un loco”, “El más cruel de los meses”…
Mi texto “El diario del fascismo” [en francés e inglés AQUÍ] es una crónica literaria. El título en sí es provocador y político. El resto es un monólogo. Podría ubicarse en cualquier lugar del mundo, es intemporal. Evidentemente se trata de Sur, Cizre.
“Una ciudad que arde”, es el relato de un mundo exterior que ha sido destruido. (La autora nos explica que su texto fue publicado en Mayo y la intervención militar en Nusaybin se produjo en Junio). No hay nada en este artículo. Es un monólogo interior. El texto trata del cataclismo interior de un ser humano, provocado por el fascismo o por un régimen que ejerce una violencia férrea. Evidentemente testimonié la destrucción de Cizre y Sur. Pero es obvio que “Este es tu padre” habla de Cizre y Sur. Únicamente abordé ese asunto en dos artículos.
- Al parecer estos textos les han molestado. ¿Qué es lo que quieren que no se sepa?
Sí, creo que estos artículos molestaron a ciertas personas. Tal vez porque se tradujeron a otros idiomas antes de mi detención. Al redactarlos utilicé una técnica que había empleado anteriormente en Soma. Se trata de la técnica de “transcripción” del poeta austriaco Heimrad Bäcker. Durante los primeros 18 años de su vida formó parte de las “juventudes hitlerianas” pero cambió al descubrir Mauthausen. A partir de aquel instante consagró su vida a una sola misión: encontrar el lenguaje que describiese los campos de concentración, el genocidio, el Holocausto. Creo que a su muerte poseía un archivo personal sobre el Holocausto completísimo. Donó el mismo al estado austriaco. Leí su libro “Transcripción” hace unos cinco años. Cuando lo leí por vez primera me dejó indiferente. Pero durante la segunda lectura me fascinó. Dice que las penas más profundas no se pueden expresar mediante un lenguaje literario. Es preciso instaurar un nuevo lenguaje, otra literatura. Os voy a recitar uno de los poemas que más me marcaron:
De repente los arrojaron en el agujero citado anteriormente
De repente los arrojaron en el agujero antes mencionado
Se abrió otro agujero
Puse en práctica esta técnica hace años en un artículo sobre la tortura, pero no lo conseguí. Porque añadí demasiadas cosas de mi misma. Posteriormente mientras redactaba los artículos sobre Soma, eliminé todo y lo volví a intentar. Me llegaron reacciones de lectorxs muy potentes. Cuando comencé a escribir el texto sobre Cizre lo intenté de nuevo. Puede parecer fácil pero no lo es en absoluto. El problema consiste en encontrar entre miles de frases las palabras concretas, adecuadas, para dar voz a las víctimas.
Los informes de la autopsia, las actas policiales, utilizan un lenguaje extremadamente tosco, soporífero, difícil de leer, aburrido. Pero se puede utilizar este lenguaje de manera que lxs lectorxs queden hipnotizados, piensen que se trata de personajes reales. Ni un solo vocablo del citado texto me pertenece. Me he servido de artículos de periódicos, reportajes, informes de autopsias; se trata de un collage textual evidente. Pero tras el collage hay un esfuerzo literario serio. Se necesita un mes para escribir un texto así. Utilizaré a lo mucho cien frases pero quiero relatar la matanza…
En lo que se refiere a Cizre y Sur es evidente que han puesto en práctica una política de camuflaje. Lo que significa que el hecho de que escriba acerca de Cizre y Sur lo perciben como una provocación. Porque sin lugar a dudas son culpables. Se podría decir que se trata de una actitud típicamente machista o feudal. Una postura que cuando decimos “eres culpable” no replica “sí, pido perdón”. Siempre ha sido así en este país. En lo que se refiere al tema armenio nadie se ha planteado “sucedió realmente, vamos a investigarlo”. ¡Cómo, traidor a la Patria! ¡Vendido! ¡Los armenios hicieron esto y lo otro!”... Esta mentalidad no ha cambiado.
- Se ha escrito y comentado que Cizre ha marcado un antes y un después. ¿Qué lectura hace usted?
En aquella época me sumí en una profunda desesperación al pensar que Turquía no volvería a ser nunca como antes. Siempre utilizo el término “fascismo” con mucho sigilo. Y uso comillas, precisando que se trata de un lenguaje literario. No consigo encontrar otro vocablo. En Cizre se cometió un horroroso crimen contra la humanidad. Quemaron vivos en los sótanos a seres humanos.
El de Roboski también fue un episodio clave de nuestra historia reciente. Pero lo que sucedió en Cizre traspasó todos los límites. No les bastó con destruir la ciudad, podían haber detenido a sus habitantes, pero no lo hicieron. Quemaron a seres humanos vivos en los sótanos en los que habían sido confinados… Ametrallaron individuos que enarbolaban banderas blancas. No hicieron ninguna distinción entre civiles, niños y mujeres. Un acto semejante trasciende los límites de la guerra, se trata de una política asesina.
En un país que ha quebrantado todos los códigos morales puede suceder cualquier cosa. En Turquía han transgredido los límites morales, uno tras otro. Para darle un ejemplo, nuestra sociedad respetaba los funerales. Pero fíjense en lo que hicieron a la madre de Aysel Tugluk. La falta de respeto hacia los difuntos, quemar civiles vivos, enviarlos a la muerte de la manera más salvaje, abandonar los cadáveres en las calles… Confirman que se han traspasado todas las barreras éticas.
- ¿Cree que es posible una vuelta atrás?
Es poco probable. No tienen ninguna intención de retroceder o de hacer cálculos. Tal vez dentro de 20 o 30 años. Las huellas de las personas no son cenizas que desaparezcan en un lavado. Los habitantes de Cizre, Sur, los kurdos, los propios soldados tienen sus cicatrices, nosotros también. Lo que yo deseaba subrayar en “El diario del fascismo” era sobre todo el estigma que ha quedado grabado en los testigos, no pretendía describir el dilema entre víctima y verdugo. En realidad quería escribir un libro pero no pude porque me detuvieron. ¿Qué destrucción psicológica arrastramos nosotros, los testigos de lo acontecido? ¿Qué perdemos? Era precisamente lo que deseaba indagar. Pero no pudo ser.
- Cuando observamos lo que ha sucedido desde 2015, en su opinión, ¿hacia dónde se dirige Turquía? ¿Cree que hay lugar para la esperanza?
Estamos obligados a responder con mensajes esperanzadores a este tipo de preguntas pero la verdad sea dicha no soy famosa por mi optimismo. Puede que sea miedosa. Porque la esperanza requiere valor. He sufrido muchas decepciones en la vida. Pero el ser humano consigue mantener el optimismo. Cuanto peores son las condiciones más cultivamos nuestro capacidad para tener esperanza. Pero si observo con objetividad, independientemente de mis sensaciones, no veo ninguna señal positiva. Los indicadores nos muestran que hay montones de personas en espera de juicio
Han silenciado por completo a la sociedad. Según mis cálculos dentro de dos años 150 mil personas habrán sido arrestadas. Están construyendo nuevas cárceles con capacidad para acoger más de 500 mil. Lo que significa que van a encarcelar a aquellxs que están libres pero tienen un juicio pendiente. Si contabilizamos los periodistas que hay entre rejas en los países europeos, llegamos a la cifra de 168, de los cuales 162 se encuentran en Turquía. Son cifras gravísimas. Y probablemente las cifras reales sean superiores. Voy a proponer una comparación: al comienzo de la Segunda Guerra Mundial había 40000 personas en los campos de concentración.
Oculta tras el velo de la democracia, el parlamento y las elecciones Turquía atraviesa una época extremadamente difícil. Mientras persista esta parodia no veo ninguna salida. ¿Son las elecciones locales la solución? ¡Algunos países organizan juegos olímpicos, nosotros organizamos elecciones! Tanto dentro como fuera hay escritores, políticos, defensores de derechos humanos, periodistas, abogados. Un tercio de los miembros del HDP en los que había puesto muchas esperanzas se encuentran entre rejas. ¿Cómo van a resistir, durante cuánto tiempo? ¿Cómo van a recuperarse después de tantos golpes? A la huelga de hambre iniciada [el 8 de noviembre de 2018] por Leyla Güven hace 124 días [el día de la entrevista] se han unido cientos de personas dentro de las cárceles. Entre otras figuran mis antiguas compañeras de celda. Mi única esperanza es que el silencio se quiebre antes de que haya más muertos y que la sociedad se active, salga del congelador en el que permanece encerrada y reaccione.