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El libro Nûdem Durak – En la tier­ra del Kur­dis­tán, (Nûdem Durak — Sur la terre du Kur­dis­tan) de Joseph Andras, aca­ba de ser pub­li­ca­do hoy, por Ici-bas, en la colec­ción “Les Réveilleurs de la nuit”.

Una biografía que entre­laza tex­tos de Nûdem, relatos y apuntes, encuen­tros y tes­ti­mo­nios, con­vir­tién­dose en un diál­o­go que poco a poco va dan­do cuer­po a la com­pro­meti­da can­tante, y, a través suyo, a la lucha de todo un pueblo por su lib­er­tad, su cul­tura y su vol­un­tad por con­stru­irse un futuro en esta vas­ta región divi­di­da en cua­tro, jun­to a los demás pueb­los que la habitan.

Can­tante pop­u­lar, Nûdem Durak solo tenía 22 años, en 2015, cuan­do fue con­de­na­da a diecin­ueve años de cár­cel por el rég­i­men tur­co. Su crimen: defend­er, con su músi­ca, la lucha y la cul­tura de su pueblo natal, el pueblo kur­do. Este es su úni­co deli­to. Sin embar­go, fue acu­sa­da fal­sa­mente de pertenecer a una supues­ta “orga­ni­zación ter­ror­ista”. Ella sigue en la cár­cel, con­de­na­da a per­manecer ahí hasta…2034. Así, la lucha de todo un pueblo por su lib­er­tad se man­i­fi­es­ta a través de ella.

Joseph Andras, cin­co años después de Kanaky (Actes Sud), con­tinúa con su tra­ba­jo de inves­ti­gación lit­er­aria: con una nar­ración encar­na­da, sen­si­ble y doc­u­men­ta­da, fru­to de cua­tro años de inves­ti­gación, recon­struye, a través de la vida de la joven artista, la his­to­ria de una injus­ti­cia indi­vid­ual y colectiva.

¿Quién mejor podría hablar del libro que su pro­pio autor?

*

Kedis­tan • Empece­mos por lo sim­ple. Hay dece­nas de miles de pre­sos políti­cos en Turquía: ¿por qué un libro sobre Nûdem Durak en particular?

Joseph Andras • Estaría ten­ta­do de respon­derte tan sim­ple como: no lo sé.

K • ¿No lo sabes?

JA • Lo que quiero decir, es que no sé por qué este “caso” me atrapó con tan­ta fuerza al pun­to de pasar cua­tro años de mi vida tra­ba­jan­do en él. Su caso es banal. Ella no es sino una deteni­da entre muchas otras. Idén­ti­cas. Tris­te­mente idén­ti­cas. La repre­sión estatal es a tal pun­to masi­va que impi­de la dis­tin­ción: los pre­sos son cifras en los resúmenes de la pren­sa. Un día me topé con un repor­ta­je de 9 min­u­tos emi­ti­do por Al Jazeera: mostra­ba la his­to­ria de esta can­tante en las vísperas de su últi­mo encar­ce­lamien­to, en abril de 2015. Eso pro­du­jo en mí una suerte de con­mo­ción. Creería que así es como escri­bo –había sido, pre­vi­a­mente, cap­tura­do por los “casos” de Fer­nand Ive­ton y Alphonse Dianou. Me fue imposi­ble actu­ar como si no hubiera vis­to lo que vi. Su vida había entra­do en la mía, irrumpi­en­do: fue nece­sario seguir­la. La tris­teza es una emo­ción sana pero te vuelve impo­tente. Pasa lo mis­mo con el lamen­to. Entonces tuve que ir a Kur­dis­tan y reunirme con su famil­ia, sus cer­canos, su abo­ga­do. Escribirme con ella. Revis­ar su expe­di­ente. Inves­ti­gar como pudiera. Y, al final de todo, pro­pon­er este libro escrito jun­to a ella. Se tra­ta, de algu­na man­era, de trans­for­mar una inqui­etud indi­vid­ual en un acto políti­co colec­ti­vo, porque, ¿qué es un libro, sino un espa­cio compartido?

K • Uno podría decirte: eres francés, ¿en qué te concierne todo esto?

JA • Respon­dería tres cosas. La primera: lo que concierne a la especie humana, y más ampli­a­mente al mun­do de los vivos, le concierne a todos. El mun­do se ha vuel­to minús­cu­lo así de inter­conec­ta­do en el pre­sente. De Loiret a la región japone­sa de Kan­sai, es una his­to­ria de vecin­dades. La segun­da, es que Nûdem Durak lucha por un orden social más jus­to y, para ello, en orden a lograr­lo, mov­i­liza a la tradi­ción rev­olu­cionar­ia, democráti­ca y social­ista. En tan­to que social­ista, estoy vin­cu­la­do de fac­to a todos los míos, a los nue­stros, don­d­e­quiera que estén. Ten­go más en común con un rev­olu­cionario cuya lengua no entien­do que a un cap­i­tal­ista francés –estoy casi aver­gon­za­do de decir una banal­i­dad como esa. Y la ter­cera cosa es que, sien­do francés, y por tan­to un ciu­dadano francés, soy cor­re­spon­s­able, como todo francés, de las políti­cas dis­cur­si­vas, mil­itares y económi­cas con­duci­das por mi país. Resul­ta que hay mil­i­tantes kur­dos aho­ra encar­ce­la­dos, acá mis­mo, en este momen­to. Que tres diri­gentes de la rev­olu­ción kur­da fueron asesina­dos en París, en 2013, y que en vano aún se esper­an respues­tas ofi­ciales. Que el pasa­do 23 de diciem­bre otros tres mil­i­tantes kur­dos fueron asesina­dos en París, en dudosas condi­ciones, por un fascista que reivin­dicó haber cometi­do un “aten­ta­do”. Que el gob­ier­no de Macron ha con­de­na­do la resisten­cia kur­da. Que Fran­cia fue sig­nataria en 1916 de los acuer­dos Sykes-Picot sobre la división de Medio Ori­ente. Que el Esta­do Tur­co es miem­bro de la OTAN jun­to con el Esta­do Francés, y que este últi­mo mantiene al Par­tido de los Tra­ba­jadores del Kur­dis­tán –el PKK- en la lista de “orga­ni­za­ciones ter­ror­is­tas”. ¿Cómo no estar concernido?

K • ¿De qué está acu­sa­da, en los hechos, Nûdem Durak?

JA • De ser una miem­bro del PKK, por lo tan­to de ser una “ter­ror­ista”. Cuan­do los hechos son los sigu­ientes: ella no es una miem­bro del PKK, es una resistente.

K • ¿Y si hubiera sido una miem­bro del Partido?

JA • Podría haber­lo sido. Pero ella no hizo más que can­tar can­ciones pop­u­lares, patrióti­cas o rev­olu­cionar­ias y enseñar músi­ca como vol­un­taria a la juven­tud de su región. Fue con­de­na­da a 19 años de cár­cel por sus opin­iones. No pertenece al par­tido. Nun­ca ha por­ta­do armas. Dig­amos que ella es una sim­ple sim­pa­ti­zante del movimien­to democráti­co kur­do, en su sen­ti­do más amplio, así como muchos de sus com­pa­tri­o­tas. Añadiría que, evi­den­te­mente, el PKK no es una “orga­ni­zación ter­ror­ista”. Es una for­ma­ción que prac­ti­ca la auto-defen­sa arma­da con­tra la políti­ca colo­nial­ista, nega­cionista y exter­mi­nado­ra apli­ca­da por el Esta­do Tur­co. Es un méto­do bien cono­ci­do de los Esta­dos: cal­i­ficar de “ter­ror­ista” a cualquiera que se opon­ga a sus man­io­bras. Los Esta­dos tienen el monop­o­lio del ter­ror y la mano sobre las pal­abras. Bald­win lo dice en uno de sus libros, a propósi­to del jefe del FBI: “Nadie nun­ca trató de ter­ror­ista al difun­to J. Edgar Hoover bien fuera eso pre­cisa­mente lo que era”. Los “ter­ror­is­tas” eran, por supuesto, los Pan­teras Negras. Los luchadores de la resisten­cia argeli­na, irlan­desa, sudafricana, palesti­na o france­sa entran en el mis­mo saco. Cuan­do uno se ded­i­ca a escribir, lo mín­i­mo por hac­er es volver a pon­er las pal­abras en su lugar. Entonces, sí, Nudem Durak resiste con su arte. Y, sí, el PKK resiste con las armas, mien­tras pide, des­de hace décadas, una paz nego­ci­a­da y desarmada.

K • La mitad de tu libro es, en real­i­dad, un libro que Nûdem Durak escribió en la cár­cel. ¿Por qué esa decisión?

JA • Quería que la ley­er­an. Que se sepa, sin inter­me­di­ario, sin emba­jador ni inter­ce­sor lo que ella tiene que decir. Está viva, está con­de­na­da a per­manecer en la cár­cel has­ta 2034 y, mien­tras tan­to, se expre­sa: escuché­mosla. Mis pal­abras no hacen más que escoltar las suyas. Escribió este libro tras las rejas, en lengua tur­ca, y desea­ba que se pub­licara algún día. Logró sacar­lo en for­ma de hojas man­u­scritas y pude con­seguir­lo. Lo hemos tra­duci­do jun­to a otros com­pañeros. Aho­ra puede leerse en francés; esper­e­mos que pron­to se traduz­ca a otros idiomas.

K • Uno de tus libros está tra­duci­do y disponible en Turquía. ¡Imag­i­namos que con éste eso sería imposible!

JA • Loos libros reg­u­lar­mente son cen­sura­dos y destru­i­dos. Peri­odis­tas y escritores, sean kur­dos o tur­cos, pueblan las cárce­les. De momen­to, no veo cómo Nûdem Durak podría encon­trarse en las libr­erías. Pero Turquía no está con­de­na­da a vivir bajo un rég­i­men fascista…

K • En tus pági­nas evo­cas a varias fig­uras tur­cas, comen­zan­do por el poeta Nâzım Hikmet.

JA • Es un hom­bre que leo de hace mucho. Me acom­paña: lo leo y lo releo. Tiene una pureza sober­bia. Una her­mosa sim­pli­ci­dad. Hablo igual­mente de la escrito­ra Pınar Selek, quien vive en el exilio en Fran­cia, o de la escrito­ra Aslı Erdoğan, que vive exil­i­a­da en Ale­ma­nia. Me encon­tré con ella durante este tra­ba­jo de escrit­u­ra. Ella apoya abier­ta­mente a Nûdem Durak, así como a todos los pre­sos políti­cos. Ella ha sido, creo, destroza­da por la deten­ción y el exilio. Es obvio que los disidentes tur­cos tienen mi sim­patía y mi admiración. Pagan un pre­cio alto por su deseo de dig­nidad. Nûdem Durak no tiene, por cier­to, ningu­na ani­mosi­dad hacia el pueblo tur­co: denun­cia a las insti­tu­ciones, las autori­dades y el poder del Estado.

K • Tu libro está direc­ta­mente lig­a­do a la cam­paña inter­na­cional­ista Free Nûdem Durak. Pero haces ref­er­en­cia a otra cam­paña, más antigua, dirigi­da por Gise­le Hal­i­mi y Simone de Beau­voir en favor de la pri­sion­era argeli­na Djami­la Boupacha. ¿Les sigues los mis­mos pasos?

JA • Les rindo hom­e­na­je. El libro Djami­la Boupacha, escrito por la abo­ga­da Gisèle Hal­i­mi a par­tir de una idea de Simone de Beau­voir, me acom­pañó durante todo el pro­ce­so de escrit­u­ra. Ella toma la defen­sa de esta joven deteni­da, arresta­da y tor­tu­ra­da por el ejérci­to francés. Nos per­mite com­pren­der­la más de cer­ca, cono­cer sus moti­va­ciones y acer­carnos a su ver­dadero ser. Destruye el rela­to del Esta­do con­struyen­do otro rela­to. Es este gesto el que he queri­do con­tin­uar, 60 años después: apre­hen­der una situación colec­ti­va a través de un caso circunscrito.

K • Pero, ¿crees que tu libro pue­da ten­er algún impacto? La cam­paña Free Nûdem Durak ya cuen­ta con voces promi­nentes como Angela Davis, Noam Chom­sky, David Grae­ber, Yan­nis Varo­ufakis, Ken Loach…

JA • No lo sé. Es por ello que este libro for­ma parte de una cam­paña inter­na­cional. Los libros no tienen más que una influ­en­cia lim­i­ta­da, eso lo sabe­mos. No tienen los medios para socavar el orden social. Pero ali­men­tan imag­i­nar­ios, per­petúan tradi­ciones de eman­ci­pación y arro­jan un poco de luz sobre la opaci­dad ordi­nar­ia. Inclu­so pueden, a veces, influir en el tiem­po: frente al flu­jo mediáti­co diario, a la infor­ma­ción efímera, oblig­an a deten­erse. A ver lo que no se puede ver el resto del tiem­po. Este libro, además de reunir en un mis­mo espa­cio todo lo que ha tenido que ver con el “asun­to”, no tiene otro obje­ti­vo que esa obligación. No sacará a Nûdem Durak de su cel­da, eso es seguro; pero podrá esclare­cer, even­tual­mente, jun­to con muchas otras fuentes, su vida, su voz y el orden que prop­i­cia esa cel­da. Angela Davis estu­vo deteni­da, en el pasa­do, en las cárce­les norteam­er­i­canas: al apo­yar a Nûdem Durak ella sabe, supon­go, que no logrará su lib­eración. Pero con­tribuye a hac­er exi­s­tir su encar­ce­lamien­to, porque una pre­sa sin nadie que lleve su voz afuera, está encer­ra­da dos veces. Y un libro per­mite esta curiosa expe­ri­en­cia: pasar, en silen­cio, ale­ja­do de la activi­dad frenéti­ca del mun­do, 250 pági­nas jun­to a una pri­sion­era descono­ci­da, una artista mar­gin­a­da. A veces sucede que un lec­tor se ve afec­ta­do; se reti­ra del mun­do para regre­sar más fuerte, más agu­do, más obsti­na­do. Y esta fuerza, mod­es­ta, se unirá tal vez a fuerzas más amplias. Políti­cas. Así que ya ver­e­mos. Creo que puedo decir, fría­mente, fac­tual­mente, que he dado voz a Fer­nand Ive­ton; y que otras veces, nada, silen­cio, solo meter la pata. Una vez que el libro ha sali­do, ya no me pertenece. Hice lo que podía hacer.

K • En tus libros hablas de Argelia, de Kanaky (Nue­va Cale­do­nia), de Viet­nam. La cuestión anti­colo­nial parece algo cen­tral en tu tra­ba­jo. ¿Se inscribe ahí tam­bién este libro?

JA • Sí. El Kur­dis­tan lle­va una lucha con­tra cua­tro Esta­dos impe­ri­al­is­tas y los rev­olu­cionar­ios kur­dos se declar­an abier­ta­mente parte de la lucha anti­colo­nial mundi­al. Nûdem Durak, en sus pági­nas, no deja de hablar de esto. Hace unos días leía en la pren­sa anglosajona el tes­ti­mo­nio de un com­bat­iente kur­do, cap­tura­do y luego apalea­do por agentes israelíes. Decía: “Si cono­ces Viet­nam, cono­ces el Kur­dis­tan… un nue­vo Viet­nam en nue­stros cora­zones, Sami ha escrito en un poe­ma: ‘Al pri­sionero inde­fen­so de Diyarbakır, a la hoja de árbol de Viet­nam, al ser vivo de Hiroshi­ma y Nagasa­ki, al bebé huér­fano de Sabra y Chati­la’”. Otro com­bat­iente kur­do, Can Polat, escribió a un escritor palesti­no, Mazen Safi : “Que todo el mun­do se dé cuen­ta que la san­gre kur­da y árabe estu­vo y sigue estando uni­da, pura, en defen­sa de la dig­nidad y la lib­er­tad de los pueb­los kur­do y palesti­no”. Entonces sí, sin duda, despliego este largo hilo.

K • Pare­ces inde­ciso con el tér­mi­no de “inves­ti­gación”. Y, de hecho, no está clara cuál es la nat­u­raleza de este libro: ¿es un exten­so repor­ta­je peri­odís­ti­co? ¿Un diario de via­je? ¿Un ale­ga­to de abo­ga­do? Sin embar­go, men­cionas a var­ios escritores: Jean-Paul Sartre, Jean Genet, Víc­tor Hugo, André Gide…

JA • Es un for­ma­to bas­tante com­puesto, entien­do. Pero como lo fue Kanaky. No soy peri­odista ni abo­ga­do, solo escritor, lo que sig­nifi­ca que a veces puedo ir y tomar algu­nas de sus her­ramien­tas. Hablábamos de Hal­i­mi, pero existe una tradi­ción lit­er­aria inter­na­cional­ista france­sa a la que me sien­to par­tic­u­lar­mente cer­cano. Poco después de la Comu­na, Louise Michel pub­licó Leyen­das y can­tos de ges­tas Kanakas. En la déca­da de 1920, los escritores Léon Werth y André Gide pub­li­caron Cochinchi­na y Via­je al Con­go. En 1982, Genet escribió sobre las masacres de Sabra y Chati­la y después, con Un cau­ti­vo enam­ora­do, sobre las Pan­teras y los fedayín. Podríamos hablar tam­bién de Maspero en los Bal­canes. Ten­go la impre­sión de seguir el camino que ellos, hace mucho tiem­po, indicaron

K • ¿Y Sartre?

JA • Una día se le pidió que explicara su atrac­ción por las vidas vivi­das, las vidas no fic­ti­cias. Él respondió: “Mi propósi­to es tratar de mostrar el encuen­tro entre el desar­rol­lo de la per­sona, tal como el psi­coanáli­sis lo esclarece, y el desar­rol­lo de la His­to­ria […] Lo que me gus­taría mostrar es cómo un hom­bre lle­ga a la políti­ca, cómo es cap­ta­do por ella, cómo es que se hace otro por ella”. Lo entien­do muy bien.

K • Una últi­ma cuestión. Tus seis primeros libros fueron pub­li­ca­dos por Actes Sud. Éste, en cam­bio, fue pub­li­ca­do por una pequeña edi­to­r­i­al inde­pen­di­ente de izquier­da rad­i­cal. ¿A qué se debe?

JA • Es sim­ple. Me había com­pro­meti­do con ellos para pub­licar un libro sobre poesía, un libro que al final no quise ter­mi­nar. Así que les debía un tex­to, moral­mente hablan­do. Y para pub­licar un libro de luchas, me pare­ció nat­ur­al recur­rir a la edi­ción rev­olu­cionar­ia. Además, Ici-bas ha hecho de la cuestión anti­colo­nial uno de sus cen­tros de interés.

K • Muchas gra­cias, Joseph. …

Para más infor­ma­ción: Informe espe­cial Free Nûdem Durak
Cam­paña inter­na­cional “Free Nûdem Durak”
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Joseph Andras Nudem Durak livre

Nûdem Durak. Sur la terre du Kurdistan
Joseph Andras 
ISBN : 979–10-90507–44‑9
ICI BAS / “Les Réveilleurs de la nuit”, pub­li­ca­do el 05 de mayo de 2023
256 pági­nas, 22€

 


 

Tra­duci­do por Rodri­go Andrés.

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