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Moira İvana Millán es una de las lideres de la lucha por la tierra y la libertad des pueblo mapuche. Es una de las principales representantes del movimiento de mujeres mapuches.1
Nuestro amigo colega Sadık Çelik, que ha regresado a la carretera, tenia previsto volver a ver a Moira, tal y como acordaron tras su encuentro y posterior entrevista, en 2019. Esta debía acompañarie durante su estancia en tierra mapuche. Sadık no ha podido el viaje e Chubut debido a las restricciones sanitarias. Pero se reunirá con Moira tan pronto como sea posible. Kedistan publicará su notas de viaje sobre la marcha…
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(Recibido el 18 de diciembre de 2020)
Llevábamos varios días cuando nuestro camino, nos condujo hacia el Lof Newen Taiñ Inchin, en Costa del Lepa, provincia del Chubut, Puel willi Mapu. Quisieron los kuifikecheyem que nos encontráramos en Costa del Lepa, cuando se produjo el eclipse. Allí nos recibieron el lonko Eusebio Antieco y la pillankushe María Luisa Huincaleo, su valentía, decisión, amorosidad y compromiso con la Mapu, nos reafirmó lo que motiva a nuestro pueblo mapuche a luchar, a pesar de que el poder del wingka se hace sentir en todos sus modos posibles.
Ellxs no sólo han recuperado tierra si no que están recuperando un modo de vivir en ella, que ha sido desde siempre el principal legado de nuestros antiguos. Sufren boicot, por ejemplo Eusebio es un gran construcctor de adobes, para poder hacerlo necesita agua pero como aún no puede levantar su ruka a orillas del río por falta de recursos, vive en una vivienda prestada al rededor de la escuela. Allí algunos vecinos, vinculados al terrateniente afectado por la recuperación, le hostigan, le cortan el suministro del agua cuando lo ven trabajar y han atentado dos veces contra su vida. El terrateniente, pertenece a una familia conocida en la ciudad de Esquel, que desde siempre pertenecen a la sociedad rural.
La familia Antieco por su parte lleva más de un siglo asentadas en esas tierras, siendo Manuel y Zenón Antieco, quienes levantaron con sus manos la escuela de la comunidad, que aún lleva sus nombres.
El estado argentino desde siempre nos despojo del territorio y en otros casos facilitó la usurpación, tal es el caso de la tierra del lof Newen Taiñ Inchiñ. En décadas pasadas, ya entrada la democracia, el estado permitió que un comerciante de apellido Bestene se apropiara del territorio de ésta comunidad Mapuche de manera irregular, y que luego lo vendiera a la familia Pintos. Toda vez que un terrateniente adquiere tierras en una comunidad mapuche, antes de comprarla debería interrogarse, cómo fue a parar esa tierra en manos de un winka. Aprovecho para desanimar a quienes están por comprar tierras en la Patagonia, en territorios que el pueblo nación mapuche reclama, ya que estarán contrayendo un conflicto que no tiene fin, porque mientras el pueblo mapuche viva lucharemos por justicia y la restitución de nuestro territorio. La lucha del pueblo mapuche por recuperar nuestras tierras no es un capricho es un acto de justicia.
El 13 de julio del 2019 se recuperaron las tierras usurpadas. Desde entonces la lucha a Sido constante, incluso con episodios de mucha violencia en el cual el aparato judicial como las fuerzas represivas actuaron en en complicidad con la sociedad rural. Eusebio Antieco y María Luisa Huincaleo, han tenido que soportar dos allanamientos ilegales sin orden judicial perpetrados por el comisario Rodolfo Hess quien en ese momento estaba a cargo de la comisaría de Gualjaina, en esa ocasión se maltrató y se ejerció violencia hacia las mujeres de la comunidad, quiénes se enfrentaron con dignidad y valentía a las fuerzas policiales. En otro ocasión, el terrateniente Pinto realizó un sitiamiemto armado junto a sus sicarios, quiénes llegaron al predio del Lof acompañados por la policía, los efectivos policiales se fueron liberando la zona, permitiendo que el terrateniente y su gente, cortaran la única ruta de acceso al lof, vociferando insultos y agresiones verbales mientras mostraban sus armas de fuego.
Si los miembros de la comunidad hubieran respondido a semejante provocación hubieran encontrado la muerte. Posteriormente incendiaron el predio de la casa de Eusebio, donde estaba acopiado todo el material para la construcción de su ruka, dejando su esfuerzo hecho cenizas. Nos preocupa mucho y al mismo tiempo nos da fuerza, la endereza de ánimo de nuestra lamngen pillankushe, María Luisa quien es una anciana sabía de nuestro pueblo dedicada a fortalecer nuestra espiritualidad. Todes quienes la conocemos la amamos, la respetamos y admiramos. Hoy su valentía la tiene en la mira de los agresores, quienes no dudarán en lastimarla. Recorre las extenciones de kilómetros que la separan de la tierra recuperada hasta la casita que le prestan, hasta tanto pueda levantar su casa. Camina dos horas para llegar allí y atender la huerta que ha levantado, muchas veces en ese sendero solitario de coihues y neneo se ha topado con el enemigo y ha tenido que refugiarse. El último doloroso episodio sufrido ha sido un nefasto atentado contra la Mapu, incendiandola, con el cual el terrateniente y su gente pretendian quemar los cultivos y el trabajo de tanto sacrificio que están llevando adelante. Las necesidades allí son muchas: herramientas, un vehículo para el traslado y mano de obra para terminar la casita de María Luisa Huincaleo y del Lonko Eusebio Antieco.
Ya hemos partido de allí, nos encontramos en otro destino, pero al escribir está crónica me vuelven a habitar los relatos, las risas, el amor, el cariño recibido y el recuerdo de mi primera experiencia en pesca con una latita a orillas del río Lepa, bajo el abrigo de mis lamngen que me instruyeron entre bromas, risas y sobre todo paciencia, para enseñarme cómo lograr el alimento pescando en el río. En una tarde de viento y víspera de un eclipse que nos trajo enseñanza, advertencia y fuerza para continuar.
Desde Puelwillimapu, Trekaletuaiñ iñ küme mongeleael,
Moira Millán
(Recibido el 20 de diciembre de 2020)
Llegamos a Sierra Negra a 30 km del pueblo Paso del Sapo, Pangui Mapu, territorio de Puma.
Cerro arriba vive la familia que nos albergó, el lamngen wenxu tiene su kupalme en ese territorio, él es Huenul, y vive allí con su compañera y su puñendomo, hija. Han tomado la decisión de volver al territorio dejando la ciudad atrás, respondiendo al llamado de sus ancestros de recuperar la vida en la mapu para poder conectar con pu kuifikecheyem y pu ngen.
Entendiendo que la única forma de garantizarle a su puñen (hijx) una infancia armónica, con aire limpio y espíritu libre, sin miedos. Con sólo verle andar por los winkul se puede entender la importancia de la lucha por habitar los territorios.
Responder a ese llamado no es fácil, el agua en esas tierras es escasa, la leña no abunda y el frío es intenso. Aún así luchan por un autosustento que les permita vivir como lo han hecho por Miles de años sus antepasados. Son decididos horticultores, la falta de lluvias, agua, calor, no los vence, ofrendan de sí lo mejor y la Mapu los ve, escucha, responde.
Recorriendo la amplia meseta se puede ver que los caminos están olvidados, al igual que los pobladores. Que la presencia del estado es solo para la implementación del miedo y del saqueo. El empobreciento ha sido la estrategias del estado invasor hasta nuestros días. El cansancio y desespero a conducido a muchos pobladores a vender sus tierras o simplemente abandonarlas. Es por ello que le resulta tan fácil al gobierno decretar el sacrificio de la meseta, pues ya han sido sacrificados desde siempre, omitiendolos, negandoles todo derecho. Las tierras abandonas son el refugio de pumas, han retornado al lugar donde señorearon antes que las balas y los cazadores se multiplicaran, los pumas han sido desde siempre guía en tiempo de weychan a nuestro pueblo, la cacería de Pangui no cesa, los pobladores los matan para resguardar la hacienda, el destino de los pumas se parece al nuestro. La propiedad privada y la economía cárnica, son la pólvora en las armas que nos matan. La familia Huenul, defiende en amor su tierra, se opone a la Megaminería, recupera el saber que anida en el lawen, en cada planta sanadora, su territorio es una gran farmacia, ellos lo saben es por eso que se abrazan con otres que al igual que ellos gritan No a la Megaminería en Chubut, no pasarán! Trekaletuaiñ iñ küme mongeleael.
Desde la Puelwillimapu, Moira Millán
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