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Mi lengua está bajo arresto, hijo
No puedo hablar contigo
Mírame a los ojos
Verás lo que te digo
Y también estas palabras
Que repiten mis labios
Esta emoción en mis ojos
Que buscan expresarse
En el tono de mi voz
-Kamber Ateş, ¿cómo estás?
Mi lengua está bajo arresto, hijo
No puedo hablar contigo
Mírame a los ojos
Verás lo que te digo
En ellos verás
El anhelo, el dolor
Y el amor de mi corazón
Hijo mío, te echo de menos.
‑Kamber Ateş, ¿cómo estás?
Mi lengua está bajo arresto, hijo
No puedo hablar contigo
Mírame a los ojos
Verás lo que te digo
En mis ojos florece
El gozo de nuestro nuevo encuentro
Florece
Y encuentra la entrada a tu celda
La fragancia del tomillo Las violetas de los viñedos
Que te traje
De las montañas, del hogar
Y los calcetines que tejí para ti
Hijo mío, ¿qué te gustaría?
- Kamber Ateş, ¿cómo estás?
Mi lengua está bajo arresto, hijo
No puedo hablar contigo
Mírame a los ojos
Verás lo que te digo
Hay ansiedad en mis ojos
Por las noches de insomnio
Por las noticias que me llegan
¿Te han torturado?
- Kamber Ateş, ¿cómo estás?
Mi lengua está bajo arresto, hijo
No puedo hablar contigo
Mírame a los ojos
Verás lo que te digo
Mis ojos gritan
De furia, de tanto aguantar.
Un consejo de doy, hijo mío
No pierdas tu capacidad de resistir
Mantén la cabeza alta
No te rindas ante la opresión ¡
No se te ocurra!
- Kamber Ateş, ¿cómo estás?
Mi lengua está bajo arresto, hijo
No puedo hablar contigo
Mírame a los ojos
Al despedirnos
Mis ojos se llenan de tristeza
En la tristeza de mis ojos
Están los cielos más azules
Las brumas de las montañas
Las flores del campo
El murmullo de los ríos. .
Queridísimo hijo, adiós.
-Kamber Ateş, ¿cómo estás?
*Traducción de Hilal Ünlü y Jesús de la Rosa
Nacida en Isparta en 1949 Sütçüler Gülsüm Cengiz es poeta y escritora. Ha ejercido como profesora y publicado varios libros infantiles. Sus poemas de contenido social agitaron la sociedad turca de los años 70 y 80.
En Kamber Ateş, narra el encuentro de una mujer kurda que visita a su hijo en prisión tras siete años de encarcelamiento. Teniendo en cuenta que les prohiben comunicarse en su idioma, la mujer aprende una frase en turco, lengua que desconoce, para poder preguntar a su hijo: “¿Cómo estás?”.