Si bien el pre­sente artícu­lo se cen­tra prin­ci­pal­mente en la incur­sión de la teoría de Bookchin en diver­sas esferas del espec­tro políti­co y social francés, hemos con­sid­er­a­do opor­tuno pre­sen­taros la tra­duc­ción en castel­lano, ya que hace hin­capié en un aspec­to inqui­etante; es decir, el de la domes­ti­cación de las teorías del pen­sador esta­dounidense y en la usurpación de las mis­mas por parte de gru­pos y agentes, auto­procla­ma­dos munic­i­pal­is­tas, cuya capaci­dad eje­cu­to­ria y estrate­gia posi­bilista, pre­sen­ta serias dudas.

Uno de los máx­i­mos difu­sores del pen­samien­to de Bookchin a ambos lados del Piri­neo es el ensay­ista y agricul­tor de ori­gen español Flo­re­al M. Romero (cita­do en el pre­sente artícu­lo). Sus libros, escritos en francés, han sido tra­duci­dos y pub­li­ca­dos por La Libélu­la Verde (“Mur­ray Bookchin: por una ecología social y rad­i­cal”, de Flo­re­al M. Romero y Vin­cent Ger­ber, 2019, pro­lo­ga­do por Car­los Tai­bo y Atre­vién­donos a poder: dos tex­tos para empren­der la sal­i­da del cap­i­tal­is­mo, 2017). Su últi­mo libro, “Agir ici et main­tenant”, con pról­o­go de la sociólo­ga y activista tur­ca Pınar Selek, aca­ba de pub­li­carse en Fran­cia (édi­tions du Com­mun 2019).


 

¿La hora del comunalismo?

Por Elias Bois­jean, pub­li­ca­do en Ballast

Las tra­duc­ciones de la obra de Mur­ray Bookchin se mul­ti­pli­can mien­tras pro­lif­er­an las biografías y ensayos ded­i­ca­dos a su per­sona. Poco cono­ci­do en vida, el teóri­co esta­dounidense, pre­sen­ta­do habit­ual­mente como el “padre” de la ecología social, está ganan­do ter­reno den­tro de la izquier­da. Pero este interés plantea tam­bién algu­nas inter­ro­gantes: cel­e­bra­do por su proyec­to rev­olu­cionario “munic­i­pal­is­mo lib­er­tario” (o “comu­nal­is­mo”) es cier­to que existe el ries­go de que asis­ta­mos a la domes­ti­cación de su obra si sus ideas se entre­sacan sin orden ni concierto. 

Es decir, que de ser un lla­mamien­to para der­ro­car el cap­i­tal­is­mo derive en la inte­gración ciu­dadanista den­tro del orden local y nacional establecido.

 

Había tran­scur­ri­do una déca­da des­de su fal­l­ec­imien­to en Ver­mont, cuan­do la pren­sa mil­i­tante france­sa se incautó de la teoría inte­gral que Bookchin dejó como lega­do: «una nue­va políti­ca» en sus propias pal­abras, a la que con­sagró toda su vida. En 2014 Reporterre (diario ecol­o­gista) alaba­ba su « pen­samien­to esen­cial » (algunos meses antes, Besan­cenot y Löwy expresa­ban en el libro Affinités révo­lu­tion­naires la admiración que sen­tían por el aquel1 « pio­nero ». Un año después Bal­last entre­vistó a su viu­da, la ensay­ista Janet Biehl. Des­de entonces no hemos cesa­do de ahon­dar en la cuestión comu­nal­ista. El ver­a­no de 2016, Le Monde diplo­ma­tique elo­gia­ba al pen­sador « vision­ario ». A finales de 2018 L’Humanité lo cal­i­fi­ca­ba de «pio­nero » y el Média se pre­gunt­a­ba si el munic­i­pal­is­mo lib­er­tario ne sería en defin­i­ti­va, « la solu­ción ». En mar­zo de 2019 el diario CQFD plante­a­ba si alguien « podía ofre­cer una expec­ta­ti­va mejor » que el munic­i­pal­is­mo de Bookchin2. El pasa­do noviem­bre el pro­gra­ma Hors Série, advier­tió refir­ién­dose a Bookchin: « Aquí lo ten­emos. Está en todas partes. Ha lle­ga­do su hora ».


« La rev­olu­ción de Roja­va, ini­ci­a­da en 2012,
ha situ­a­do al pen­sador en primer plano »


Fue la edi­to­r­i­al Ate­lier de créa­tion lib­er­taire la que intro­du­jo sus escritos en Fran­cia en los años 80. Pero hemos tenido que esper­ar a medi­a­dos de la pre­sente déca­da para que Mur­ray Bookchin sus­cite el interés de la izquier­da france­sa – e inclu­so euro­pea. El 1 de diciem­bre de 2019 flo­re­ció en París la ini­cia­ti­va Faire Com­mune : « Se tra­ta de afir­mar nue­stro dere­cho sobre la ciu­dad. Ese dere­cho com­prende el con­cep­to de una vida bue­na, jus­ta y digna, cuya piedra angu­lar es el apoyo mutuo ». Invo­ca una « orga­ni­zación no cap­i­tal­ista de la vida», se define abier­ta­mente comu­nal­ista y hace ref­er­en­cia a Bookchin, al Roja­va sirio y al Chi­a­pas zap­atista. Ese mis­mo día el ex fut­bolista Vikash Dho­ra­soo, can­dida­to a las elec­ciones munic­i­pales de 2020, hizo un lla­mamien­to al comu­nal­is­mo en el plató de un cono­ci­do pro­gra­ma tele­vi­si­vo de France 2. Le pre­cedió una figu­ra de la France Insoumise, rep­re­sen­tante de la lista Déci­dons Paris!, que aprue­ba tam­bién una « ori­entación » tipo Rojava. 

El espíritu de la época

Esta repenti­na avan­zadil­la no lle­ga en abso­lu­to por casu­al­i­dad. La rev­olu­ción de Roja­va, ini­ci­a­da en 2012, ha situ­a­do al pen­sador en primer plano. Abdul­lah Öcalan, teóri­co del movimien­to rev­olu­cionario kur­do y cofun­dador del PKK (actual­mente en prisión) ha leí­do a Bookchin en su con­fín carce­lario y ha con­fe­sa­do que los análi­sis del esta­dounidense han influ­en­ci­a­do los suyos. Y no solo eso: han con­tribui­do a la mutación del Par­tido de los Tra­ba­jadores del Kur­dis­tán, que ha can­jea­do el marx­is­mo lenin­is­mo inde­pen­den­tista por una autonomía comu­nal­ista3. « Me hace feliz que Öcalan se inspire de mis ideas sobre munic­i­pal­is­mo lib­er­tario, y que esto con­tribuya a imag­i­nar una futu­ra enti­dad políti­ca kur­da. […]Espero que algún día el pueblo kur­do pue­da con­stru­ir una sociedad libre y racional que le per­mi­ta resur­gir ple­na­mente», escribía Bookchin en 2004. Tal y como sucediera den­tro del movimien­to alter­mundi­al­ista durante los años 90, a raíz del entu­si­as­mo provo­ca­do por la insur­rec­ción zap­atista, Roja­va ha con­segui­do que se sume a su causa una frac­ción de la izquier­da inter­na­cional­ista (marx­ista y anar­quista esen­cial­mente). El « nue­vo social­is­mo »4 kur­do o « con­fed­er­al­is­mo democráti­co », se basa en la abol­i­ción del patri­ar­ca­do y del mer­ca­do cap­i­tal­ista, en la ecología y el poder comu­nal descen­tral­iza­do; ha bro­ta­do en Ori­ente Medio y se ha con­ver­tido, tras el trot­skismo o el gue­varis­mo, en una prop­ues­ta filosó­fi­ca y políti­ca cuya uni­ver­sal­ización invi­ta al debate. El alza­mien­to de los chale­cos amar­il­los, salu­da­do des­de Roja­va, ha meti­do el dedo en la lla­ga: gra­cias a la con­flu­en­cia de un arrai­go mil­i­tante exis­tente, el munic­i­pal­is­mo lib­er­tario ha surgi­do en La Meuse, en Com­mer­cy (y más tarde en la Assem­blée des assem­blées, encar­ga­da de coor­di­nar el movimien­to). Si bien resul­ta vital no exager­ar5, es evi­dente que la izquier­da lo ha percibido como una trans­for­ma­ción social, como la señal, no tan lejana, de un proyec­to políti­co en el que investir.

comunalismo

(Torn Around)

Se tra­ta tam­bién de una cuestión ide­ológ­i­ca – he aquí tres ejes: Uno: la toma de con­cien­cia del ries­go ecológi­co vigente, anun­ci­a­do por Bookchin des­de los años 50, ha redis­tribui­do los roles: el futuro ya no es una per­spec­ti­va, sino una ame­naza. Un plan­e­ta dev­as­ta­do, extin­ción de especies en masa; aho­ra resul­ta que el aire se vende en botel­la. Bookchin pro­pone a nues­tra época her­ramien­tas en defen­sa de su ecología « social » y de rec­ha­zo al ambi­en­tal­is­mo y a una ecología mís­ti­ca, román­ti­ca y reac­cionar­ia: frente a las « pequeñas acciones» y a los super­viven­cial­is­tas, plantea que «el futuro de vida en nue­stro plan­e­ta depende del futuro de nues­tras sociedades», es decir del cap­i­tal­is­mo y de la superación del mis­mo medi­ante la vía rev­olu­cionar­ia. Dos: la deba­cle del comu­nis­mo de esta­do, la inca­paci­dad anar­quista para cap­tar un alto número de seguidores, la toma del poder neolib­er­al y las der­ro­tas reformis­tas (de Mit­ter­rand à Tsipras) han deja­do des­en­ca­ja­dos a aque­l­las y aque­l­los que esper­a­ban acabar con las desigual­dades de clase y las opre­siones sex­is­tas y racis­tas que estas nutren. La cen­tral­ización lenin­ista habrá gen­er­a­do lo opuesto: en la actu­al­i­dad la ten­den­cia rad­i­cal pertenece a las plazas, a los cis­mas, a islotes ais­la­dos, a archip­iéla­gos, a bre­chas, a inter­sti­cios, al aquí y aho­ra. Frag­mentación de grandes relatos, funerales de solu­ciones globales. 


« Más tarde, el nati­vo de Bronx, heredero de una famil­ia obr­era judía rusa,
mar­có las dis­tan­cias con el anar­quis­mo para con­cluir su gran proyec­to político ».


Al mis­mo tiem­po que rec­haz­a­ba el total­i­taris­mo rev­olu­cionario y sus poderes pro­duc­tivis­tas buro­cráti­cos, Bookchin com­bat­ió la « tiranía de la ausen­cia de estruc­tura» y el odio hacia las insti­tu­ciones, el des­pre­cio a los pro­gra­mas y a la temeri­dad, el cul­to a la acción y a la pri­or­i­dad del sueño, a la hege­monía de Fou­cault sobre la teoría críti­ca y el elo­gio exis­ten­cial del way of life, la glo­ri­fi­cación de la estéti­ca y de lo efímero. Has­ta el últi­mo instante man­tu­vo que toda políti­ca eman­ci­pado­ra rad­i­ca en las masas y en la orga­ni­zación. Luchar des­de aba­jo sin ais­larse jamás de la mul­ti­tud ni avan­zar sin saber hacia dónde diri­girse: un equi­lib­rio teóri­co y prác­ti­co sin­gu­lar en nue­stros días, que ofrece entre otras cosas un plan de acción acce­si­ble a quien lo desee. Tres: la aspiración democráti­ca de los ciu­dadanos de a pie y la con­se­cuente descon­fi­an­za con respec­to a las « élites » y los « oli­gar­cas » de todos los rin­cones del plan­e­ta ha rea­v­i­va­do, jun­to al avance pop­ulista «de la izquier­da», la críti­ca de la democ­ra­cia rep­re­sen­ta­ti­va. Ocu­pación de puestos en el RIC (refer­én­dum de ini­cia­ti­va ciu­dadana) recla­ma­da por los chale­cos amar­il­los, la deman­da es unán­ime: la políti­ca debe regre­sar a las bases. «Las pal­abras de la expre­sión democ­ra­cia rep­re­sen­ta­ti­va se con­tradi­cen mutu­a­mente», afirma­ba Bookchin en los años 80. El comu­nal­is­mo, en cier­to modo heredero de la ciu­dad de Ate­nas, lle­ga en el momen­to apropiado.

Ir a la fuente

Para el lec­tor intere­sa­do en la biografía del pen­sador, la edi­to­r­i­al Virus dispone de varias obras en su catál­o­go (ver notas): Ecología o catástrofe, la vida de Mur­ray Bookchin. Al lec­tor atra­pa­do por la fal­ta de tiem­po, le acon­se­jamos estas colum­nas. Dig­amos sola­mente lo sigu­iente: naci­do en 1921, fal­l­e­ci­do en 2006, el que fuera cal­i­fi­ca­do en su época por la Inter­na­cional situa­cionista de « cretino con­fu­sion­ista » (un « error », tal y como nos con­fesó Raoul Vaneigem durante el ver­a­no de 2019) fue entre otras cosas mil­i­tante comu­nista orto­doxo, trot­skista y anar­quista. Más tarde, el nati­vo de Bronx, heredero de una famil­ia obr­era judía rusa, mar­có las dis­tan­cias con el anar­quis­mo para con­cluir su gran proyec­to políti­co: el munic­i­pal­is­mo lib­er­tario o comu­nal­is­mo. La sín­te­sis de una vida de mil­i­tan­tismo y de reflex­ión ‑para ello Bookchin afir­mó que extraía «lo mejor del marx­is­mo y del anar­quis­mo». Con­servó del primero la racional­i­dad y el deseo de abor­dar sistémi­ca­mente el mun­do; del segun­do su per­spec­ti­va fed­er­al­ista y la críti­ca del Esta­do y de las jerarquías.

(Torn Around) comunalismo

(Torn Around)

Ese era, según sus propias pal­abras, el obje­ti­vo asig­na­do al comu­nal­is­mo: « reem­plazar el Esta­do, la urban­ización, la jer­ar­quía y el cap­i­tal­is­mo con insti­tu­ciones de democ­ra­cia direc­ta y de coop­eración». Bookchin imag­inó todas las eta­pas nece­sarias para que cul­mi­nase la rev­olu­ción social — com­prendió que el ger­men pal­pita­ba bajo los escom­bros de España, de Moscú o de Chile. Las eta­pas se for­mu­la­ban a grandes ras­gos de la sigu­iente man­era: crear polos munic­i­pal­is­tas locales (recep­tivos, según las necesi­dades, a las especi­fi­ci­dades cul­tur­ales del ter­ri­to­rio); instau­rar asam­bleas democráti­cas (el req­ui­si­to prin­ci­pal, la ple­na lib­er­tad de expre­sión); tra­ba­jar para divul­gar­las con reivin­di­ca­ciones per­cep­ti­bles para cualquier indi­vid­uo; propa­gar la edu­cación pop­u­lar; apropi­arse de las alcaldías; recor­rer el país y artic­u­lar la inte­gri­dad de las nuevas comu­nas auto­gob­er­nadas; estable­cer un Con­gre­so de del­e­ga­dos — o « Comu­na de comu­nas con­fed­er­adas » — con el obje­ti­vo de cen­tralizar lo que deba cen­tralizarse; armarse; expropi­ar a los priv­i­le­gia­dos medi­ante la munic­i­pal­ización de la economía; vaciar el Esta­do — es decir « el sis­tema de imposi­ción social pro­fe­sion­al » — de su legit­im­i­dad reg­u­lado­ra y por lo tan­to de su poder; der­ro­car­lo al cabo de un even­tu­al enfrentamien­to y com­pro­m­e­terse, para­le­la­mente a la creación de una nue­va Inter­na­cional, con la ple­na expan­sión del comu­nis­mo lib­er­tario ecol­o­gista. Encon­traremos todos los detalles en esta revista.

¿Ciudadanista Bookchin?


« Prob­a­ble­mente no baste, por muy ‘éti­cos’ que puedan ser algunos,
con que haya espa­cios “par­tic­i­pa­tivos”, “con­cer­ta­dos” de diálogo ».


En 2019, la revista Silence, que abo­ga por la pro­mo­ción de la no vio­len­cia y la «creación de utopías », pre­sen­tó a Bookchin como su « gran fuente de inspiración ». El mis­mo año, Pablo Servi­gne, líder de la colap­sología y sim­páti­co par­ti­sano de la reha­bil­itación de la « espir­i­tu­al­i­dad » en la esfera políti­ca, ani­ma­ba a « leer y releer » su obra. Extinc­tion Rebel­lion, pal­adín de la no vio­len­cia verde, de los tratamien­tos energéti­cos y las bur­bu­jas reparado­ras, lo cita a su vez en uno de sus boletines infor­ma­tivos. En noviem­bre se pub­licó la Guía del munic­i­pal­is­mo con el sub­tí­tu­lo: Por una ciu­dad ciu­dadana, apacigua­da, abier­ta. La guía está coor­di­na­da por Barcelona en Comú, coe­scri­ta por la hija de Bookchin y la alcalde­sa de Barcelona, Ada Colau, y apadri­na­da en Fran­cia por Com­mon­spo­lis (« un think-do tank al ser­vi­cio de redes y cul­turas por el cam­bio […] [y la] trans­for­ma­ción no vio­len­ta de los con­flic­tos para con­stru­ir políti­cas ciu­dadanas»). El Insti­tu­to de con­certación y par­tic­i­pación ciu­dadana por su parte pro­mueve el munic­i­pal­is­mo en el mar­co de las elec­ciones france­sas de 2020: citan­do a Bookchin, ins­ta a reforzar el poder de los ciu­dadanos (« en par­tic­u­lar por medio de dis­pos­i­tivos ambi­ciosos de con­certación públi­ca y de diál­o­go entre las partes intere­sadas»), mejo­rar « la cohe­sión de nues­tra sociedad», refun­dar la democ­ra­cia y debatir « exigien­do aper­tu­ra y bue­na vol­un­tad». Jun­to a Europe Ecolo­gie – Les Verts, los gru­pos de acción munic­i­pal­ista y social (GAMES) reivin­di­can asimis­mo al teóri­co esta­dounidense y se pre­sen­tan en cal­i­dad de « platafor­ma ciu­dadana, cre­ati­va y colab­o­ra­ti­va» y aspi­ran tam­bién a pre­sen­tar lis­tas en 2020. 

Tomamos presta­da a Frédéric Lor­don su defini­ción de ciu­dadanis­mo, ya que sin­te­ti­za lo que sig­nifi­ca dicha cor­ri­ente: « Dis­cu­tir por dis­cu­tir pero no resolver nada, no decidir nada y sobre todo no cul­ti­var nada. Una especie de sueño democráti­co espon­joso con­ce­bido pre­cisa­mente para que no brote nada ». Temem­os la apropiación ciu­dadanista de la obra de Bookchin ‑temor com­par­tido entre otros por el ensay­ista y agricul­tor Floréal M.Romero en su reciente libro Agir ici et main­tenant: so pre­tex­to del comu­nal­is­mo, el acce­so a las alcaldías surge como un sim­ple « reci­cla­je de la socialdemoc­ra­cia». Sin embar­go es indis­cutible que Bookchin apos­ta­ba por el escalón elec­toral munic­i­pal (era la úni­ca alter­na­ti­va) para per­mi­tir que las asam­bleas se apoderen de los pueb­los y ciu­dades. Pero ahí está el quid: no se trata­ba de un fin sino de una palan­ca. En uno de los pref­a­cios que escribió para Rehac­er la sociedad, Bookchin apunt­a­ba que no se trata­ba de « lim­i­tarse a una sim­ple prác­ti­ca elec­toral»6. « La úni­ca solu­ción real, es destru­ir­lo [el cap­i­tal­is­mo] ya que encar­na todos los males ‑des­de los val­ores patri­ar­cales has­ta la explotación de clase », escribió. Si lo leemos aten­ta­mente com­pren­der­e­mos que la acción comu­nal­ista no admite ningu­na ambigüedad: abol­i­ción del cap­i­tal­is­mo, de las clases sociales, del cri­te­rio de crec­imien­to, del Esta­do, de la policía, del ejérci­to, de la propiedad pri­va­da de los medios de pro­duc­ción, de las jer­ar­quías den­tro de la especie humana (de género y de raza) y del con­trol de este últi­mo sobre el con­jun­to del mun­do ani­mal y veg­e­tal. Prob­a­ble­mente no baste, por muy “éti­cos” que puedan ser algunos, con que haya espa­cios “par­tic­i­pa­tivos”, “con­cer­ta­dos” de diál­o­go. Así como tam­poco será sufi­ciente con la “economía social y sol­i­daria”, el “com­er­cio jus­to” y los esca­sos “cir­cuitos cor­tos” exis­tentes, coop­er­a­ti­vas tan apre­ci­adas por los municipalistas.

comunalismo

(Torn Around)

El poder, es decir, las armas

Tomem­os como ejem­p­lo a Fran­cia y sus casi 67 mil­lones de habi­tantes. ¿Los efec­tivos de la Policía Nacional? Alrede­dor de 150.000 hom­bres y mujeres. ¿La gen­darmería? 100 000. ¿El ejérci­to de tier­ra? Más de 110 000. La poten­cia del fuego. De este modo resul­ta obvio que el arma­men­to ‑está de sobra demostra­do que gol­peará a los par­ti­sanos de la jus­ti­cia y la igual­dad en cuan­to rep­re­sen­ten una ame­naza sub­stan­cial al orden cap­i­tal­ista- .El Chile del lib­er­al Piñera dis­para con balas reales; la Fran­cia del lib­er­al Macron extir­pa ojos, arran­ca manos, gol­pea a bomberos y a estu­di­antes de secun­daria: y aquí (en Fran­cia) no se tra­ta ni mucho menos de un asun­to rela­ciona­do con casos de enriquec­imien­to ilíc­i­to o de una even­tu­al despri­va­ti­zación. Un lugar como la ZAD* (Zone à défendre) solo puede resi­s­tir si el ejérci­to se que­da fuera, un pres­i­dente demasi­a­do com­plac­i­ente obser­va cómo le reem­plaza ráp­i­da­mente su fiel lugarte­niente (recordemos a Compaoré).Lo que sig­nifi­ca que cualquier prop­ues­ta ant­i­cap­i­tal­ista que no plantee des­de su eclosión la cuestión de las fuerzas armadas será por con­sigu­iente nula y sin efec­to. Lenin, que al menos tenía dos dedos de frente, no escribió en vano, la víspera de la toma del poder bolchevique, que para que la rev­olu­ción sobre­viviese habría que «rem­plazar la policía por una mili­cia pop­u­lar» ‑la cual « se inte­graría en el ejérci­to (dicho de otro modo: «equipar de armas al con­jun­to del pueblo para que este susti­tuya al ejérci­to permanente).


« Lo que sig­nifi­ca que cualquier prop­ues­ta ant­i­cap­i­tal­ista que no plantee des­de su eclosión la cuestión de las fuerzas armadas será por con­sigu­iente nula y sin efec­to »


¿En este caso qué es lo que apoya la doc­t­ri­na comu­nal­ista? En su obra Un autre futur pour le Kur­dis­tán (Un futuro difer­ente para el Kur­dis­tán) el ensay­ista Pierre Bance ha sub­raya­do el cam­bio de ten­den­cia de Bookchin: su estrate­gia de descom­posi­ción pro­gre­si­va del Esta­do (déca­da de los 70) evolu­ciona hacia una estrate­gia de con­frontación (años 90). Insinúa que habrá que afrontar el poder estatal en cada avance comu­nal y al mis­mo tiem­po habrá que tra­ba­jar mucho para man­ten­er­lo a dis­tan­cia en la medi­da de lo posi­ble, esta es la gran batal­la rev­olu­cionar­ia. El « segun­do » Bookchin ya tenía dudas: el despliegue democráti­co rep­re­sen­tará una ame­naza para el Esta­do, este por lo tan­to atacará («Des­de luego no creo que la bur­guesía renun­cie a su esta­tus de for­ma vol­un­taria, ¡y menos aún a su con­trol sobre la sociedad! », declar­a­ba en 1996). Exen­ta de fuerzas de autode­fen­sa, la expe­ri­en­cia comu­nal­ista se hal­lará así « a su merced». De ahí el imper­a­ti­vo, for­mu­la­do explíci­ta­mente por su com­pañera y exege­ta Janet Biehl, de « con­sti­tuir una mili­cia para rem­plazar a la policía y al ejérci­to » en todas las áreas bajo con­trol de las asambleas.

Una mili­cia (o « guardia cívi­ca», por emplear un ter­mi­no con una con­no­tación menos neg­a­ti­va en estos momen­tos) que depen­da total­mente de los habi­tantes y dota­da de ofi­ciales elegi­dos. En El Munic­i­pal­is­mo lib­er­tario leemos que la ten­sión entre las comu­nas y el Esta­do es inclu­so « deseable »: a medi­da en que el comu­nal­is­mo se extien­da den­tro de las fron­teras nacionales, acu­mu­lan­do de hecho más poder (un « poder para­le­lo », un « con­tra-poder»: «un país den­tro del país», sin­te­ti­za Romero), el Esta­do, desle­git­i­ma­do grad­ual­mente, estará oblig­a­do a reac­cionar. El inevitable cara a cara pos­te­ri­or deter­mi­nará quién sal­drá vence­dor; si la rev­olu­ción democráti­ca o el esta­do capitalista.

Por lo tan­to, el con­cep­to de « vaciar el Esta­do» que men­ciona­ba Bookchin se merece toda nues­tra aten­ción: él con­sid­er­a­ba que una insur­rec­ción frontal esta­ba abo­ca­da al fra­ca­so tenien­do en cuen­ta los efec­tivos repre­sivos vigentes. Por lo tan­to, lle­ga­do el día el paciente pro­ce­so comu­nal­ista debía debil­i­tar el con­jun­to de las insti­tu­ciones estatales para provo­car su caí­da, «sin demasi­adas difi­cul­tades». Bookchin ase­gura­ba que « al fin y al cabo el hecho de que el pueblo tuviese poder dependía de si tenía o no armas ». De esta man­era vin­cu­la­ba, fiel a su inspiración grie­ga, la democ­ra­cia pop­u­lar a la autode­fen­sa. En 1995, en From urban­iza­tion to cities, per­fi­l­a­ba la idea: una guar­ni­ción civ­il com­pues­ta de patrul­las rota­to­rias, con fines poli­ciales y con­tin­gentes mil­itares bien entre­na­dos para respon­der a las ame­nazas del exte­ri­or ».

*

No podemos sim­pa­ti­zar con todas las ideas que Bookchin desar­rol­ló (la propia Biehl esti­ma que es preferi­ble con­stru­ir el comu­nal­is­mo sin pon­er en tela de juicio el Esta­do-nacion7): es preferi­ble hablar sobre sus tesis y la apli­cación geográ­fi­ca y tem­po­ral de las mis­mas; somos libres de apartar su obra de un man­o­ta­zo; sin embar­go no podríamos rat­i­fi­car­la sin enten­der la coheren­cia del con­jun­to de su doc­t­ri­na. Sí, lo hemos com­pren­di­do, él no titubea: incor­po­rarse a una alcaldía, inclu­so gob­ernar una ciu­dad, no apor­ta amparo alguno si no se inte­gra en una trans­for­ma­ción glob­al «intran­si­gente con el orden social». Es decir, el del fin del reino cap­i­tal­ista en ben­efi­cio de una « sociedad comu­nista lib­er­taria». Ni más ni menos. 


Bibliografía disponible en castellano:

  • La ecología de la lib­er­tad, Mur­ray Bookchin (Nos­sa y Jara edi­tores 1999)
  • Los anar­quis­tas españoles, Mur­ray Bookchin (Numa edi­ciones 2001)
  • Rehac­er la sociedad (Lom edi­ciones, Chile, 2012), dis­tribui­do en el esta­do español por la edi­to­r­i­al Txalaparta
  • Anar­quis­mo social o anar­quis­mo per­son­al (Virus Edi­to­r­i­al, 2012)
  • Las políti­cas de la ecología social: munic­i­pal­is­mo lib­er­tario (Virus, 2015)
  • Ecología o catástrofe, Janet Biehl (Virus, 2017)
  • La próx­i­ma rev­olu­ción, Mur­ray Bookchin (Virus, 2019)
  • La próx­i­ma rev­olu­ción (Virus, 2019)
  • Rev­olu­ción en Roja­va, Anja Flach, Ercan Aybo­ga, Michael Knapp (Descon­trol Edi­to­r­i­al, 2017)
  • Aprenguem de la rev­olu­ció de Roja­va, Baran Pedrafor­ca (cat) / Apren­damos de la rev­olu­ción de Roja­va (Descon­trol Edi­to­r­i­al, 2018)
  • La rev­olu­ció igno­ra­da (cat)/ La rev­olu­ción igno­ra­da, var­ios autores (Descon­trol Edi­to­r­i­al, 2016)

Os invitamos a explorar los siguientes links:

rojavaazadimadrid.org/libros | www.rebeldemule.org | www.ecologiesociale.ch | En ecologiasocial.com : Mur­ray Bookchin: la per­spec­ti­va lib­er­taria de la ecología social


Traducido por Maite
Vous pouvez utiliser, partager les articles et les traductions de Kedistan en précisant la source et en ajoutant un lien afin de respecter le travail des auteur(e)s et traductrices/teurs. Merci.
Kedistan’ın tüm yayınlarını, yazar ve çevirmenlerin emeğine saygı göstererek, kaynak ve link vererek paylaşabilirisiniz. Teşekkürler.
Ji kerema xwere dema hun nivîsên Kedistanê parve dikin, ji bo rêzgirtina maf û keda nivîskar û wergêr, lînk û navê malperê wek çavkanî diyar bikin. Spas.
You may use and share Kedistan’s articles and translations, specifying the source and adding a link in order to respect the writer(s) and translator(s) work. Thank you.
Por respeto hacia la labor de las autoras y traductoras, puedes utilizar y compartir los artículos y las traducciones de Kedistan citando la fuente y añadiendo el enlace. Gracias.
KEDISTAN on EmailKEDISTAN on FacebookKEDISTAN on TwitterKEDISTAN on Youtube
KEDISTAN
Le petit mag­a­zine qui ne se laisse pas caress­er dans le sens du poil.