Yiğit Aksakoğlu, activista turco de la sociedad civil lleva encarcelado desde Noviembre acusado de pertenecer a la organización que orquestó en 2013 las protestas de Gezi, la demostración contestataria más importante desde que el Presidente Recep Tayyip Erdoğan llegara al poder en 2003.
Junto con otros 15 sospechosos se enfrenta a una condena a perpetuidad acusado de haber intentado derrocar al gobierno turco, acusado de ejercer como antena de entidades extranjeras.
Umut Özkırımlı le escribe una carta…
Castellano | Publicado en Ahval, 20 de marzo de 2019 English | Türkçe | العربية
Querido Yiğit,
Llevo tiempo planeando escribirte pero me resulta difícil. ¿Qué egoísmo verdad? Tu estas ahí solo en tu celda y nosotros aquí fuera, holgazanes hasta para enviar una carta. Hace una semana una cuenta twitter creada por tus amigos (“Freedom to Yiğit Aksakoğlu”) retweeteó uno de mis tweets. Aquel día decidí salir de mi letargo y sentarme delante del ordenador.
Llevas encarcelado 123 días. Hablé con Ünzile1ayer. “Se lo llevaron el 16 de Noviembre y lo encarcelaron el 17” me dijo. Qué curioso – El 18 de Noviembre fue mi cumpleaños y aquel día visité por primera vez la tumba de mi hijo Luca. Había escuchado que entre una docena de detenidos junto con Turgut Tarhanlı, Betül Tanbay y Yiğit Ekmekçi figuraba tu nombre. Pensé que seguramente te dejarían en libertad tras el interrogatorio. Soltaron a todos salvo a ti. En aquel momento no lo comprendí. Sigo sin comprenderlo.
Ünzile me dijo que estás bien. Es decir lo bien como puede estar una persona privada de libertad. Al parecer pasas la mayor parte del tiempo en el patio, leyendo un montón y te autorizan tener libros de importación. Me alegré. Me dijo también que todos los días te llevan tres periódicos. Cumhuriyet, Hürriyet y Yeni Şafak. Ni tan mal. Podía haber sido Star, Yeni Şafak y Yeni Akit2Te habrías perdido los aforismos del “celebre pensador turco” Ahmet Hakan y las ultimísimas teorías conspirativas del nacionalismo de izquierdas. ¡Dios no quiera!
Cuando oí que te consentían leer algunos diarios admito que me dejé llevar. “¿Y qué pasa con internet?” pregunté a Ünzile. “Oh, no te pases”, me contestó en un tono agridulce. Estaba convencido de haber hecho el ridículo hasta que me confesó; “Yo hice la misma pregunta así que no te sientas incómodo”. A pesar de todo estamos agradecidos de que dispongas de unos pocos privilegios porque a muchos no les permiten ni eso.
İştar3me habló de la rutina de las visitas semanales. İskender4volaba todas los lunes desde Izmir para ir a la prisión de Şakran. No sé si te enteraste, él también murió de cáncer, un mes antes que Luca.
Me siento angustiado de nuevo. Un nudo en la garganta, lágrimas en los ojos. Ok, tengo que cambiar de tema. Se supone que te tengo que distraerte, hacerte sonreír un poco y ¡fíjate que cosas te estoy contando!
Espera un poco, ya sé de qué te voy a hablar. Es gracioso de verdad. Desde que decidí escribir esta carta he estado intentando recordar cuándo nos conocimos. Estábamos hablando con Esra5el otro día y ambos rememoramos en qué circunstancias sucedió, pero no recordamos cuándo. “Mi cumpleaños es el 31 de Mayo, creo que el de Yiğit es el 28. Los celebramos juntos el año en el que nos conocimos. Y justo un mes después, ahora lo recuerdo claramente, fue el Jubileo de Oro de la reina, la celebración de los 50 años de su llegada al trono” dijo Esra. “Teniendo en cuenta que los festejos fueron en Junio de 2002 nos debimos cruzar por vez primera hacia Septiembre- Octubre de 2001, al inicio del año académico”.
Recuerdo que nos conocimos en la LSE. Estabas haciendo el master y yo era un becario visitante, organizaba una serie de seminarios en Turquía. Había invitado a Kemal Derviş a la LSE en Abril o Mayo. Acababa de ser designado nuevo ministro de economía, así que sería después de la crisis económica de 2001 provocada por la pelea entre Sezer y Ecevit. Lo busqué en google. La reunión del Consejo Nacional de Seguridad en el que tuvo lugar el altercado entre el presidente y el primer ministro se celebró el 19 de Febrero de 2001. Y Derviş fue nombrado ministro en Marzo de 2001. Lo que significa que las fechas concuerdan. De hecho los estudiantes turcos presentes en la LSE ofrecieron un ramo de flores a Kemal Derviş al final de la conferencia. Significa que nos conocimos en Mayo de 2002.
Diecisiete años Yiğit, el tiempo vuela. Entre tanto conseguiste trabajo en la Universidad Bilgi. Comenzaste el doctorado en el Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. Quisiste redactar conmigo tu disertación sobre la sociedad civil y el nacionalismo en Turquía. Luego dijiste, “No puedo llevar una vida decente aquí. Me voy fuera una temporada”. No tuve noticias tuyas durante mucho tiempo. Pero un día, según Ünzile fue en 2009, me enviaste una invitación para tu boda. No me gustan las bodas ni los entierros. No asistí. Y poco después yo también me marché de Turquía. Y eso fue todo.
El resto… En fin, el resto es historia. Un amigo mío solía decir “la vida es como el billar”. “En un momento llega alguien o algo y golpea las bolas que están encima de la mesa y a partir de ese instante cada uno toma una dirección diferente”. Pienso en la gente con la que me codeaba por aquel entonces. Me fui a Suecia y ahora estoy en Barcelona; Esra está en Francia, otros en Oxford, Bruselas. Ahora todos tienen familia, hijos.
He oído que tienes dos hijas. Deniz que tiene casi siete años y Leyla de tres. No sé cómo son los niños de siete años pero tres es una edad muy hermosa. Sienten curiosidad por todo, hacen las mismas preguntas una y otra vez. Al parecer Leyla repetía sin cesar “No dejes que papá coja mi almohada de sol”. Me reí tanto cuando me lo contaron. Y por supuesto cada noche preguntaba cuando volvía su papá. Ese detalle sin embargo no me hizo gracia alguna.
Teniendo en cuenta que es mayor Deniz se percataba de la situación. Ünzile me contó que el pasado domingo estaban viendo juntas “Bewitched Nanny McPhee 2”. La acción transcurre durante la segunda guerra mundial y el padre está en el ejército. Los niños y la madre piensan que el padre ha muerto. Pero al final de la película el padre regresa con un brazo herido, vestido de uniforme. En la ficción los niños corren para abrazar al padre. En ese instante Deniz se echó a llorar y dijo “Por favor mamá, no quiero volver a ver este película nunca más”.
Sé que no debería haberte contado esto. Puede que Ünzile no lo mencionase para no entristecerte. Pero cuando se trata de niños no puedo evitarlo. Tal vez porque sé lo que significa ser padre y echar de menos a alguien con locura. Y porque me sacan de quicio los que separan a los niños de sus padres. ¿Cómo se atreven?
Por cierto, he leído la susodicha acta de acusación. No soy un experto legal y creo que no debería hacer comentarios a propósito pero ni tan siquiera se trata de un documento legal. ¡Y para ser sincero no estoy convencido de que los que lo han escrito sepan hablar turco! Son 657 páginas de…
Olvídalo. De todos modos no está claro por qué te han detenido o de qué te acusan. Unas pocas conversaciones telefónicas sobre desobediencia civil. ¡Pero quienes han redactado la inculpación argumentan que la desobediencia civil entraña violencia y actos terroristas! ¡Parece una broma! Una fea y mala broma que arrebata la libertad a las personas.
Lo siento pero no podía acabar esta misiva con alegría. Teniendo en cuentan el panorama, con cientos de bebés nacidos entre rejas, miles de madres y padres privados de sus niños porque supuestamente tienen relación con esta u otra organización terrorista, resulta difícil permanecer alegre.
El 18 de Marzo fue el cumpleaños de Luca. Puede que ese sea el motivo por el que he decidido escribirte la carta hoy. Nunca volveré a ver a mi chico, ni a olerlo, lo sé. Pero tú deberías ver a tus niñas de nuevo. Pero no una vez por semana mediante una llamada telefónica de 10 minutos. Deberías poder abrazarlas, olerlas. Un día les sorprenderás. Cuando llegue ese momento di a Ünzile que ponga la cinta de “Bewithched Nanny McPhee 2” otra vez y cuando la película esté a punto de acabar apareces de repente y abrazas a Deniz y Leyla.
Por el momento no se me ocurre otra cosa.
Por favor, cuídate, ¿vale? Por Ünzile, Deniz y Leyla. No te preocupes de nada más.
Umut Özkırımlı