La historiadora francófona Füsun Ustel, profesora jubilada de la Universidad Galatasaray de Estambul y firmante del manifiesto “Universitarios por la paz”, fue condenada en Abril de 2018 junto con Veli Polat, a una pena de un año y tres meses de prisión por “apoyar a una organización terrorista”. El pasado 4 de Marzo el tribunal de apelación confirmó la sentencia.
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Alegando que Füsun Üstel no exigió que se aplazase el anuncio de la sentencia y teniendo en cuenta que no hubo “declaración de penitencia” su condena no ha sido aplazada. Puede presentar una reclamación al Tribunal de Apelación. En lo que se refiere a la pena de cárcel impuesta a la Asociación Dr. Polat, esta se encuentra pendiente de resolución.
El pasado 4 de Marzo, es decir cuando han transcurrido tres años desde la publicación del llamamiento, Nüket Esen de la Universidad del Bósforo compareció a su primera audiencia en el Tribunal penal de gran instancia. Al presentar su defensa Nüket Esen rechazó las acusaciones y el Tribunal aplazó la cita al 28 de Junio.
También ha sido prorrogada la audiencia a Yasemin Gülsüm Acar, tal y como solicitó su abogado. La próxima comparecencia tendrá lugar el 12 de Abril.
Hay en la actualidad 180 universitarios procesados.
Füsun Üstel y Veli Polat no son lxs unicxs universitarixs en comparecer ante la justicia por haber “exigido paz”…Los 1128 signatarixs del llamamiento del 5 de Enero de 2016 han sido insultadxs, intimidadxs, amenazadxs, detenidxs…Cientos fueron expulsados de sus trabajos por decretos con valor de ley promulgados durante el estado de emergencia. Esas mujeres y esos hombres representan la materia gris de Turquía y son perseguidxs, llevadxs delante de los tribunales . Muchxs d ellxs han optado por el exilio.
Un repaso histórico.
El 10 de marzo de 2016 Esra Mungan, Muzaffer Kaya, Kıvanç Ersoy y Meral Camcı leyeron un comunicado que hacía referencia al llamamiento por la paz publicado el 5 de Enero de 2016, durante una conferencia de prensa celebrada en nombre de los universitarios por la paz de Estambul. El comunicado relataba asimismo los acontecimientos acaecidos tras la primera lectura pública de la citada declaración.
Tres de los cuatro universitarios que tomaron la palabra durante la conferencia de prensa fueron arrestados el 15 de Marzo de 2016 acusados de “propaganda terrorista” y la última, Meral Camcı, que se encontraba en el extranjero en aquel momento, fue detenida el 31 de Marzo, a su regreso a Turquía. Tras una primera audiencia los cuatro universitarios fueron puestos en libertad el 22 de Abril de 2016. En aquel entonces el fiscal sustituyó los cargos que se imputaban a los universitarios y estos fueron imputados por “crímenes”, tal y como recoge el artículo 301 del código penal turco, es decir: “insulto a Turquía, a la nación turca o las instituciones gubernamentales turcas” y solicitó al Ministerio de Justicia la autorización para celebrar el juicio en virtud del nuevo artículo.
En Octubre de 2017 se preparó una nueva acta de acusación que concierne a más de 148 universitarios firmantes de la declaración. En el auto de acusación presentado por el fiscal İsmet Bozkurt constaba que los universitarios habían sido acusados de “propaganda de organización terrorista” según consta en el articulo 7/2 de la ley antiterrorista turca (n°3713).
Los juicios de los universitarios firmantes comenzaron el 5 de Diciembre de 2017. El 4 de Abril de 2018 180 personas comparecieron por vez primera, 30 tuvieron que presentarse a una segunda audiencia y un académico tuvo que personarse a una tercera. Cinco universitarios fueron condenados a un año y tres meses de cárcel. Las penas fueron suspendidas.
Inmediatamente se organizaron numerosos grupos de apoyo a los universitarios.
Los estudiantes reaccionaron enseguida (artículo de sendika.org en turco), 2000 juristas firmaron un texto solidario con los universitarios (texto y firmantes, en turco), los escritores mostraron su apoyo, publicaron un comunicado y firmaron “escritores por la Paz”. “Los fotógrafos por la Paz” dijeron “¡Queremos ser testigos de la paz!” (en turco). Más de 50 editoriales anunciaron unánimemente que no serían “cómplices del crimen”… Alrededor de 400 cineastas se solidarizaron con ellos. Las feministas por la paz pidieron firmas mediante una petición (en turco). Numerosas organizaciones progresistas de la sociedad civil así como plataformas de lucha se unieron a “la horda de pseudointelectuales, ignorantes y siniestros” según la terminología utilizada por Erdoğan para criminalizar a lxs intelectuales.
La solidaridad fue transnacional, se lanzaron numerosos llamamientos y peticiones de apoyo a los universitarios. Los compañeros y compañeras en el exilio se organizaron en sus países de acogida y fundaron el “Comité Internacional de Universidades”.
La conferencia de los Presidentes de la Universidad Francesa (CPU), al tanto de la situación de Füsun Üstel, ha expresado su absoluto rechazo a una condena basada en la libre expresión. A través de un comunicado que lleva por título “La CPU se solidariza con los universitarios turcos perseguidos por delitos de opinión” la comunidad universitaria europea debe hacer presión a las autoridades turcas para que cese de perseguir a sus ciudadanos por sus ideas. Afirma su plena solidaridad con Füsun Üstel y exige que no se cumpla la condena.
Estas purgas a opositores de la enseñanza estuvieron acompañadas por un control de las Universidades, lo que significa el preludio al éxodo de los jóvenes que rechazan todo ordenamiento dictatorial. Es preciso también condenar que se meta a todos en el mismo saco: es decir que se confundan las purgas y condenas a lxs universitarixs con la represión ejercida a lxs miembrxs de la facción gülenista, antigua aliada del poder. Si bien es cierto que ambos son víctimas del régimen no debemos olvidar que los primeros luchan por la paz y un futuro heterogéneo para Turquía. La gran diferencia reside en este punto.
Es imprescindible que los Estados europeos acojan a los ciudadanos perseguidos, tal y como viene sucediendo aproximadamente. Queda por confirmar que los expedientes de los refugiados no se pierdan en los laberintos administrativos y que las Cancillerías se mantengan al tanto de la represión ejercida, represión que debe de cesar inmediatamente.