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El 23 de Abril se fes­te­ja en Turquía la “fies­ta nacional de los niños”. Cien­tos de ellos cel­e­brarán esta fecha detrás de los bar­rotes, en com­pañía de sus madres…

Según cifras ofi­ciales facil­i­tadas en Noviem­bre de 2018 hay en la actu­al­i­dad 743 niños entre rejas (534 menores de 3 años y 200 de entre 4–6 años). Tenien­do en cuen­ta que las cel­das están siem­pre llenas el número de “detenidxs” sigue aumentando.

Los psicól­o­gos advierten y denun­cian sin cesar las nefas­tas secue­las que provo­can en los niños la prisión y las medioc­res condi­ciones carcelarias.

El min­is­te­rio de jus­ti­cia tur­co ordenó a un equipo de exper­tos que llevase a cabo una inves­ti­gación sobre las madres encar­ce­ladas con sus hijos. Se planteó la sigu­iente cuestión: “Dónde estarían mejor los pequeños, en la cár­cel jun­to a sus madres o en los orfe­li­natos estatales”. Los espe­cial­is­tas acon­se­jaron que se pro­hi­biese man­ten­er en cau­tive­rio a niños de más de 3 años (en la actu­al­i­dad el límite legal es de 6 años). En lo que respec­ta a las madres, ellas expre­saron su deseo de no sep­a­rarse de sus hijos a pesar de las duras condi­ciones de vida den­tro de la cár­cel. Exigien­do sin embar­go una mejo­ra de las mismas.

Tras la cita­da con­sul­ta parece ser que el Min­is­te­rio archivó el expediente…En el cita­do doc­u­men­to con­s­ta que los hijos de las detenidas tienen dere­cho a uti­lizar las guarderías y cen­tros infan­tiles puestos a dis­posi­ción del per­son­al del establec­imien­to pen­i­ten­cia­rio y los hijos de los jue­ces y fis­cales “cer­ca de deter­mi­nadas prisiones”…

La pena infligida a los pequeños significa un doble castigo para las madres

Hace var­ios días, el 20 de Febrero exac­ta­mente, 28 orga­ni­za­ciones de la sociedad civ­il emi­tieron una declaración común a propósi­to de los niños encar­ce­la­dos, hacién­dose eco del caso de Fil­iz Karaoğlan, deteni­da en la prisión de Pat­nos jun­to a sus geme­los prematuros.

El cita­do comu­ni­ca­do sub­raya var­ios pun­tos. Los dis­tri­tos aco­gen sis­temáti­ca­mente muchas más per­sonas de las que per­mite su capaci­dad. Tenien­do en cuen­ta que no dispo­nen de alfom­bras ni de ningún equipamien­to con­fort­able en el sue­lo, los pequeños pasan la casi total­i­dad del tiem­po en las lit­eras de las madres. No tienen con­tac­to con la nat­u­raleza. Lo que sig­nifi­ca que el con­fi­namien­to infligi­do a los niños supone para las madres un doble castigo.

En el caso de Fil­iz y en el de otras muchas madres detenidas en difer­entes pri­siones, el úni­co suple­men­to nutri­cional que pro­por­ciona la admin­is­tración pen­i­ten­cia­ria con­siste en ali­men­tos para bebé, tales como zumos de fru­tas y yogures. Es más que evi­dente que para el desar­rol­lo de un niño de cor­ta edad son fun­da­men­tales los ali­men­tos fres­cos, fru­tas y ver­duras. Además, tenien­do en cuen­ta las condi­ciones en los dis­tri­tos, la inten­sa humedad y la insu­fi­cien­cia del sis­tema de cale­fac­ción y aeración se gen­era un ter­reno favor­able para que se propaguen enfer­medades de todo tipo.

El comu­ni­ca­do señala asimis­mo la ausen­cia total de un pro­gra­ma de apoyo que les con­fiera un mín­i­mo de bien­es­tar. Las guarderías abier­tas en algu­nas cárce­les no acep­tan a niños por deba­jo de una deter­mi­na­da edad. Sus primeros años de vida tran­scur­ren en los dis­tri­tos de las prisiones.

Los esca­sos cam­bios adop­ta­dos en la leg­is­lación no tienen en cuen­ta las pri­or­i­dades de la infan­cia y mues­tran escasa benev­o­len­cia. Con­fir­man que se sigue optan­do por man­ten­er a los niños den­tro de las pri­siones jun­to a sus madres sin que mejoren en abso­lu­to las condi­ciones carcelarias.

La encar­celación de madres con hijos que care­cen de asis­ten­cia y pro­tec­ción con­sti­tuye una vio­lación de los dere­chos humanos.

El comu­ni­ca­do ins­ta al min­is­te­rio de Jus­ti­cia a que se implique en la prob­lemáti­ca de los niños en las pri­siones de man­era urgente y que en coop­eración con espe­cial­is­tas, orga­ni­za­ciones de la sociedad civ­il e insti­tu­ciones de la infan­cia, busque solu­ciones y acabe con estas vio­la­ciones de los dere­chos humanos fundamentales.

Entre otros se encuentran Dersim, Ayşe, Çınar

Zehra Doğan, artista, peri­odista, auto­ra kur­da recien­te­mente lib­er­a­da, expresó su pre­ocu­pación en un repor­ta­je pub­li­ca­do a prin­ci­p­ios de Febrero de 2019:

En el tiem­po que lle­vo en cau­tive­rio he cono­ci­do a una doce­na de niños entre rejas. Aquí ten­emos a Der­sim de 2 años, Ayse de 3 y Çınar de 5. Estos chiquil­los nun­ca han sali­do al exte­ri­or, no cono­cen las hojas de un árbol, ni la tier­ra. Inten­ta­mos enseñar­les con ayu­da de los libros. Cada vez que dejamos el patio y atrav­es­amos el pasil­lo, Çınar se pone a llo­rar y gri­ta “no quiero entrar”. Ata­ca a los guardias. Der­sim y Ayşe están llenos de rabia. Cuan­do los vig­i­lantes cier­ran la puer­ta hacen una mue­ca. No con­siguen dormir debido al rui­do ambi­ente. Se despier­tan de repente y llo­ran. Los tres per­manecen en dis­tri­tos difer­entes. Ayşe les lla­ma por deba­jo de la puer­ta “Estoy aquí¿ me oís? Çınar, Der­sim, ¿qué tal?”. Les habla pegan­do la boca a la trampil­la del alcan­tar­il­la­do. “¿Çınar, me escuchas?”.

En un repor­ta­je que Bianet pub­licó el 1 de Mar­zo, Zehra explicaba:

Ayşe se ponía a gri­tar de ale­gría cada vez que veía un avión o un pájaro volan­do. Exclam­a­ba: “Pajar­i­to, haz que vuele yo tam­bién, ¡llé­vame a los arboles! ¡Llé­vame con­ti­go!”. Le decíamos, “Ayşe, vete con los pájaros” y ella nos respondía “no puedo salir, estoy deteni­da”. Luego intenta­ba pasar su cabeza por entre los alam­bres de espino. Pero no fun­ciona­ba, no podía salir. Llegó a la cár­cel con 7 meses, Ayşe nun­ca ha vis­to la vida, el mar, un árbol, la tierra…

De qué “fies­ta nacional de los niños” podemos hablar en Turquía, tenien­do en cuen­ta que los pequeños per­manecen detenidos en seme­jantes condi­ciones y están someti­dos a la funes­ta suerte que el Esta­do tur­co reser­va a los supuestos ene­mi­gos del inte­ri­or. ¿Nece­si­ta el rég­i­men ‘devo­rar a sus niños’ para que pue­da sobre­vivir la pre­tendi­da Repúbli­ca? Es lo que viene hacien­do con los adul­tos, en su his­te­ria mil­i­tarista. Al menos debería respetar los acuer­dos inter­na­cionales que ha fir­ma­do y ahor­rar el sufrim­ien­to a los descendientes.

La comu­nidad inter­na­cional debe escuchar a las orga­ni­za­ciones de la sociedad civ­il tur­ca que luchan con valen­tía para que se respe­ten los dere­chos mín­i­mos de los detenidos. Debe­mos difundir su com­bate. Pero mien­tras tan­to es pre­ciso que obten­gan una aten­ción humana.

Des­de Kedis­tan respon­demos ven­ga, ade­lante, pong­amos en mar­cha un dis­pos­i­ti­vo de envío de car­tas, dibu­jos, para que los cen­tros esco­lares apadri­nen a niños detenidos… Esta­mos reco­gien­do todas las direc­ciones posi­bles y deseamos pon­er a vue­stro alcance las her­ramien­tas nece­sarias para que podáis par­tic­i­par en la cam­paña durante las próx­i­mas sem­anas y tam­bién por qué no durante “la “fies­ta transna­cional de los niños” que se cel­e­brará en Abril…


Traducido por Maite
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Naz Oke
REDACTION | Journaliste 
Chat de gout­tière sans fron­tières. Jour­nal­isme à l’U­ni­ver­sité de Mar­mara. Archi­tec­ture à l’U­ni­ver­sité de Mimar Sinan, Istanbul.