La comis­aria de arte, pro­fe­so­ra y escrito­ra Elet­tra Stam­boulis inter­pre­ta la obra de la artista kur­da Zehra Doğan…


Con­de­na­da por un dibu­jo que refle­ja­ba un paisaje destru­i­do por una operación del ejérci­to tur­co, la artista kur­da Zehra Dogan ha con­tin­u­a­do exprim­ién­dose con todos los medios a su alcance durante su arresto. Pero su trasla­do a una prisión mil­i­tar inqui­eta a quienes, como es el caso de Ai Wei­wei y Ban­sky, se han mov­i­liza­do por ella.

Tar­so es una ciu­dad apre­ci­a­da por el tur­is­mo reli­gioso. De allí era ori­un­do el após­tol del pueblo, Pablo, que quiso predicar el cris­tian­is­mo entre los hebre­os, con­vir­tien­do a los habi­tantes de esta pequeña comu­nidad en acól­i­tos de Jesús de Nazaret, la religión más impor­tante de Europa. Pero además de la fuente de San Pablo y otros mon­u­men­tos que recuer­dan que a la his­to­ria le gus­ta recor­rer los mis­mos esce­nar­ios una y otra vez, es tam­bién una prisión cuyo nom­bre figu­ra con fre­cuen­cia en las pági­nas de los boletines de las ONGs que defien­den los dere­chos humanos. Nos refe­r­i­mos a las cárce­les tur­cas, tris­te­mente cono­ci­das por la ligereza con la que se igno­ran los dere­chos de los detenidos y muy en par­tic­u­lar los de las detenidas.

Hace pocos días la artista y peri­odista kur­da de nacional­i­dad tur­ca Zehra Doğan, fue trans­feri­da jun­to con otras veinte reclusas. Para com­pren­der de qué género de lugar esta­mos hablan­do bas­ta con recor­rer las noti­cias que cir­cu­laron el pasa­do ver­a­no acer­ca de las per­sonas fal­l­e­ci­das en los cal­abo­zos: Şafak Demir, una de las miles de pro­fe­so­ras des­pe­di­das de su tra­ba­jo y encar­ce­la­da acu­sa­da de pertenecer al movimien­to gülenista, fal­l­e­ció en Julio a con­se­cuen­cia de una hemor­ra­gia cere­bral. Las cir­cun­stan­cias son poco claras, pero no se autor­izó una inves­ti­gación inde­pen­di­ente. La prisión de Tar­so, suje­ta a la ley mar­cial, orga­ni­za­da en com­par­ti­men­tos cer­ra­dos con capaci­dad para acoger pocos detenidos, y evi­tar de esa man­era que se rela­cio­nen entre ellos, en una situación de semi ais­lamien­to, no es de buen auguro para el futuro de la joven artista que ha mov­i­liza­do el interés de la comu­nidad no solo políti­ca sino tam­bién artís­ti­ca en un ámbito internacional.

Zehra Doğan Photo © Jef Rabillon

Zehra Doğan • Acríli­co, sin títu­lo, hoja de oro sobre per­iódi­co. 55,5 x 69,5 cm. 
Los títu­los vis­i­bles: Sela­hat­tin Demir­taş encar­ce­la­do en la prisión de tipo F de Edirne com­parte con sus lec­tores su relato“La sire­na”. 
Pho­to © Jef Rabillon

Zehra Doğan con ape­nas 28 años y una breve activi­dad peri­odís­ti­ca y artís­ti­ca se ha con­ver­tido en un icono cono­ci­do inter­na­cional­mente, gra­cias tam­bién a la car­ta de carác­ter sim­bóli­co que le dirigió AI Wei­wei, durante la jor­na­da que el Pen inter­na­cional orga­ni­za en hom­e­na­je a los escritores encar­ce­la­dos, con el obje­ti­vo de pedir su lib­eración inmedi­a­ta. Pero lo que real­mente con­sagró a la joven activista kur­da el pasa­do mes de Mar­zo fue el hecho de que Banksy, en su regre­so al paisaje de Nue­va York, le ded­i­case un muro de Bow­ery Wall, uno de los espa­cios más desea­d­os del Street Artist de la Gran Man­zana. Se tra­ta de una secuen­cia rít­mi­ca de bar­ras ver­ti­cales, un patrón repet­i­ti­vo con una sola con­ce­sión fig­u­ra­ti­va, la ima­gen de Zehra jun­to a los bar­rotes soste­nien­do su úni­ca arma, un lápiz, ori­gen de su con­de­na por “pro­pa­gan­da ter­ror­ista”. Y la ima­gen de la acu­sa­da proyec­ta­da cada noche, como que­rien­do decir “No podéis hac­er­la callar”.

Prob­a­ble­mente la obra del mis­te­rioso artista inglés haya con­tribui­do a ati­zar la mira­da de la pere­zosa opinión públi­ca inter­na­cional, pero no bas­ta para que se haga jus­ti­cia con la artista que ha cumpli­do ya gran parte de la pena de 2 años, 9 meses y 22 días de una con­de­na que debería finalizar en Febrero de 2019. Su trasla­do a la cár­cel mil­i­tar de Tar­so no augu­ra nada bueno. Lle­var­la a 500 kms de dis­tan­cia de la prisión de tipo T en la que esta­ba encer­ra­da, sin pre­venir a sus abo­ga­dos, es uno de esos gestos que habla por sí solo y resul­ta más sig­ni­fica­ti­vo que el silen­cio de la pren­sa gubernamental.

Doğan siem­pre ha uti­liza­do la pal­abra y el dibu­jo como un instru­men­to de comu­ni­cación éti­co, social y políti­co. Su con­de­na se debe a un dibu­jo inspi­ra­do en una foto que el ejérci­to tur­co postó en twit­ter durante los enfrentamien­tos de 2016 en los que arrasaron gran parte de la ciu­dad de Nusay­bin. Los activis­tas que la apoy­an dicen que prob­a­ble­mente sea la úni­ca con­de­na­da a con­se­cuen­cia de un dibu­jo; lam­en­ta­ble­mente la ver­dad es otra, son numerosos los artis­tas que se encuen­tran detrás de los bar­rotes, en par­tic­u­lar aque­l­los que usan el arte como instru­men­to de análi­sis del pre­sente, de inter­pretación de la realidad.

La propia Zehra, cuan­do esper­a­ba en la prisión de Mardin la cel­e­bración de su juicio, se com­paró con Mani, el fun­dador del maniqueís­mo. De hecho se dice que el míti­co fun­dador del maniqueís­mo, que vivió durante mucho tiem­po en Mardin, propagó su propia rev­elación a través del dibu­jo, razón por la que tuvo que pagar un pre­cio muy alto. Lam­en­ta­ble­mente del maniqueís­mo solo se han con­ser­va­do papiros, algún pergamino destar­ta­l­a­do, mien­tras que los mar­avil­losos libros que men­ciona el críti­co San Agustín se han per­di­do en el naufra­gio de la historia.

En su diario, pub­li­ca­do en el catál­o­go de la exposi­ción Con los ojos abier­tos de par en par, que está recor­rien­do difer­entes local­i­dades france­sas, Zehra recuer­da que otros artis­tas han tes­ti­mo­ni­a­do su com­pro­miso y sin embar­go no han sido encar­ce­la­dos, como por ejem­p­lo Picas­so, o han deci­di­do callar, tal y como sucede con la comu­nidad artís­ti­ca tur­ca, que no ha emi­ti­do ningu­na voz de protes­ta: “¿Podemos con­sid­er­ar ver­daderos artis­tas a los esclavos del poder? Y en tal caso, ¿yo qué sería?”, se pre­gunt­a­ba des­de Mardin. Cuan­do se cor­roboró su pena de cár­cel, Zehra per­maneció en clan­des­tinidad durante 141 días. Durante aquel peri­o­do escribió pero sobre todo dibu­jó, uti­lizan­do inclu­so mate­r­i­al reci­cla­do. ¿De qué otra man­era podría relatar, se pre­gunt­a­ba, lo que había pres­en­ci­a­do? Antes de su deten­ción defin­i­ti­va llegó a orga­ni­zarse una mues­tra en Diyarbakir con este títu­lo, 141.

Zehra Doğan

Zehra Doğan • Sen­za tito­lo, acril­i­co, gior­nale su tela, 116 x 90 cm
Titoli leg­gi­bili: Atten­zione alla lista di elet­tori. Aller­ta per le fro­di pri­ma del ref­er­en­dum. Tut­ti i mezzi sono buoni per il pres­i­den­zial­is­mo. Non sare­mo mai più liberi.
Pho­to © Jef Rabillon

Tras su ingre­so en prisión en Julio de 2017, sus obras salieron de Turquía para que pud­iesen ser expues­tas y sobre todo para garan­ti­zar su con­ser­vación. “Es una partícu­la libre de mí mis­ma que cir­cu­la”, según pal­abras de la artista. En el pen­i­ten­cia­rio de Diyarbakir, una prisión de tipo D para pre­sos políti­cos, le arrebataron todo, no solo su lib­er­tad, tam­bién la posi­bil­i­dad de pin­tar y dibu­jar. Nos con­s­ta que durante meses ha emplea­do todo tipo de recur­sos para poder con­tin­uar con su labor cre­ati­va, el hecho de que haya uti­liza­do san­gre men­stru­al ha desa­ta­do el escán­da­lo y ha tenido un débil eco en la pren­sa tur­ca, que obvi­a­mente la ha crit­i­ca­do con fero­ci­dad. Sabe­mos tam­bién que ha tra­ba­ja­do en colab­o­ración con otras detenidas y orga­ni­za­do una especie de taller cre­ati­vo, tal y como lo hiciera durante su estancia en la prisión de Mardin. Su trasla­do for­zoso a Tar­so supone tam­bién una acción puni­ti­va ya que ella per­siste en hac­er escuchar su voz.

Frente a la clási­ca pre­gun­ta: “¿No tienes miedo?” Responde: “Claro que ten­go miedo, pero lo afron­to. Es mi deber”. Tam­bién sin­tió la obligación de con­tar lo que esta­ba suce­di­en­do en Nusay­bin durante el ase­dio. Era imposi­ble salir a la calle y grabar imá­genes o sacar fotos. Pero des­de su refu­gio podía sin embar­go dibu­jar. De modo que recu­peró una foto que había sido pub­li­ca­da en twit­ter por la policía tur­ca y elaboró una ver­sión dig­i­tal basán­dose en la misma.

Uti­lizó aque­l­la ima­gen supues­ta­mente vic­to­riosa y elaboró su propia rep­re­sentación en la que plas­ma­ba la real­i­dad de la destruc­ción de la guer­ra. Obvi­a­mente la pub­licó en redes y alcanzó mucha vis­i­bil­i­dad y fue ampli­a­mente com­par­ti­da, porque en aquel entonces no existía ningu­na infor­ma­ción acer­ca de lo que esta­ba suce­di­en­do durante aque­l­las jor­nadas de Junio de 2016. Este dibu­jo orig­inó la denun­cia en su con­tra y su con­sigu­iente condena.

Durante las mues­tras itin­er­antes que se van suce­di­en­do en Fran­cia se pueden con­tem­plar las obras del peri­o­do 2016–2017, real­izadas en la prisión de Mardin y durante su pos­te­ri­or eta­pa clan­des­ti­na, que expri­men una fuerte vocación tes­ti­mo­ni­al (már­tir en griego sig­nifi­ca pre­cisa­mente tes­ti­mo­nio) y evo­ca inclu­so en el pro­pio títu­lo: “Los ojos de los per­son­ajes que dibu­jo son más grandes de lo habit­u­al. Están abier­tos de par en par y son enormes. Porque los ojos lo tes­ti­mon­ian todo… No bas­ta con hablar. Eso ya lo sé. Los ojos de los per­son­ajes lo cuen­tan todo”. Comien­za emple­an­do tonos pas­tel sobre papel y poco a poco sus dibu­jos se van proyectan­do en hojas de per­iódi­cos, con­vir­tién­dose en un ele­men­to nar­ra­ti­vo y peri­odís­ti­co úni­co; las for­mas son más expre­si­vas y el tra­zo de Doğan adquiere una inten­si­dad más expre­sion­ista. Se tra­ta de ref­er­en­cias obvias de esta antigua alum­na de Bel­las Artes, pero al mis­mo refle­jan su propia voz y la reflex­ión en torno a su tra­ba­jo y su prác­ti­ca. Su deter­mi­nación y con­cien­ciación quedan plas­madas no solo en los tex­tos que acom­pañan el catál­o­go que reúne las obras eva­di­das de Turquía, sino tam­bién en las pal­abras que pro­nun­ció durante el dis­cur­so de la entre­ga del pre­mio Metin Gök­te­pe en 2015, por su repor­ta­je acer­ca de las mujeres yazidíes, real­iza­do en el seno de la agen­cia fem­i­nista Jin­ha, de la que la propia Zehra fue cofun­dado­ra. En 2016 un decre­to guber­na­men­tal ordenó el cierre de la misma.

En la actu­al­i­dad se hal­la lejos de la ciu­dad de Nusay­bin, es como si el tiem­po se hubiese detenido en aquel 2016.

No tan famosa como Babilo­nia, Nusay­bin fue sin embar­go una de las ciu­dades más cono­ci­das de la medi­alu­na fér­til y se estu­dia en los primeros cur­sos de insti­tu­to. Ciu­dad aramea, con­quis­ta­da a los asirios, babilones, per­sas, y por supuesto a Ale­jan­dro Mag­no, se con­vir­tió en una ciu­dad fron­ter­i­za bajo el impe­rio romano. Urbs inex­pugnabilis en pal­abras de Ammi­ano Mar­celli­no. De fac­to lo fue durante mucho tiem­po, trans­for­mán­dose en una de las sedes prin­ci­pales del cris­tian­is­mo nesto­ri­ano, exi­gente y rig­uroso. Las comu­nidades aramea y hebrea estu­vieron pre­sentes has­ta la primera guer­ra mundi­al, instante en el que la frag­mentación del impe­rio otomano impu­so nuevos límites. Y de nue­vo la ciu­dad se vio con­fi­na­da a un puesto fron­ter­i­zo del mapa, par­ti­da en dos (tal y como sucedió en Italia con Gorizia tras la caí­da del impe­rio aus­tro hún­garo) con una mitad en Turquía y la otra mitad en ter­ri­to­rio sirio (Qamish­li su exten­sión urbani­ta), atrav­es­adas ambas por el mis­mo río. Durante 24 meses se vivió en este lugar un con­flic­to denom­i­na­do de baja inten­si­dad que causó la muerte de 3000 per­sonas, la destruc­ción de cer­ca de 100.000 vivien­das, el desa­lo­jamien­to “tem­po­ral” de 400.000 habi­tantes. La nar­ración de la causa del con­flic­to es a menudo con­tra­dic­to­ria (ya que tan­to la ver­sión del gob­ier­no como la del PKK, el par­tido kur­do que lid­eró la revuelta, desen­to­nan a menudo con la de la población local) y aunque la con­tien­da arma­da haya cesa­do la situación sigue sin resol­verse: durante el refer­én­dum de Abril de 2017 (en el que se decidía una refor­ma con­sti­tu­cional que otor­ga­ba plenos poderes al pres­i­dente) 79% de la población emi­tió un voto neg­a­ti­vo, lo que provocó que el esta­do de sitio se pro­lon­gase durante tres meses.

Evi­den­te­mente una decisión que no favoriza la relación de con­fi­an­za entre la ciu­dadanía y el gob­ier­no. Mien­tras tan­to, en este peri­o­do vac­uo 77.081 han sido detenidas, según fuentes ofi­ciales, tras la ten­ta­ti­va golpista de Julio de 2016 y al menos otras 170.000 per­sonas han sido obje­to de un pro­ced­imien­to judicial.

Elet­tra Stamboulis

Agradezco la ayuda de Naz Oke, que mantiene contacto directo con Zehra Doğan y coordinó el catálogo de la exposición Con los ojos abiertos de par en par, por haberme permitido utilizar su intercambio epistolar con Zehra. Y quiero trasladar mi sincero agradecimiento a la asociación Kedistan, web de información independiente en francés.

Traducido por Maite

La mati­ta spez­za­ta di Zehra Doğan, rinchiusa da Ankara nel­la fortez­za di Tar­so Eastweast.eu
Les crayons brisés de Zehra Doğan, des geôles d’Ankara à la Forter­esse de Tarse Cliquez pour lire

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