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Mardin, 24 de junio de 2018.
Hola.
He preferido no pregonarlo a los cuatro vientos- de hecho nos exigieron discreción.
He formado parte de una delegación de la Asociación de Solidaridad Francia-Kurdistán que ha participado como observadora durante las elecciones legislativas y presidenciales del 24 de Junio en Turquía. Tal y como ya sucediera en 2015, el grupo ha elegido como base la hermosa ciudad de Mardin situada en el Kurdistán turco, no muy lejos de la frontera siria; un sub grupo (al que yo me he incorporado) se ha dirigido hoy a Nusaybin y otro a Kızıltepe, ciudades fronterizas ambas, que estuvieron dirigidas por el Partido democrático de los pueblos (HDP) y como tantas otras se encuentran en la actualidad, tras la destitución y el arresto de sus respectivos alcaldes y alcaldesas, bajo tutela del Estado.
Ha sido una estancia muy breve, de apenas tres días, pero ha permitido que las ocho personas integrantes de la delegación hayamos podido mantener importantes y cordiales encuentros con dirigentes locales o militantes del HDP. La discreción del grupo ha facilitado, a diferencia de lo sucedido con otras delegaciones, que no nos molesten (entiéndase: retenciones, arrestos, incautación de pasaportes, expulsiones).
Hemos transcurrido la velada observando los resultados del escrutinio. Resultados que suponen al mismo tiempo una decepción y un aliento para la democracia turca.
Decepcionantes: Erdoğan ha sido reelegido, no habrá una segunda ronda y se aplicará la reforma constitucional adoptada por referéndum en Abril de 2017, que amplia considerablemente los poderes presidenciales. Esta reelección va a proporcionar una legitimidad sellada por las urnas a un régimen que tiende hacia la dictadura. Os invito a ojear el artículo en el que analizaba la inquietante normativa del citado referéndum que será aplicada en los días venideros. Se trata de una victoria para Erdoğan que se ha permitido el lujo de emitir una declaración en televisión cuando el recuento de los votos tan siquiera había finalizado. En ese preciso instante sus seguidores han desfilado triunfantes por las calles de Mardin y probablemente también en otras localidades del país.
Sin embargo tenemos razones de peso para esperar y confiar en las fuerzas democráticas de Turquía. El candidato del viejo partido kemalista CHP, Muharrem İnce, ha conseguido el 30% de los votos. Este hombre era un perfecto desconocido hace apenas unos meses, su relativo éxito ilustra el profundo deseo de cambio que siente parte de la ciudadanía. Pero el CHP es un viejo partido que se ha mostrado desde siempre muy conservador en lo que atañe a asuntos delicados.
Cabe mencionar en particular el resultado obtenido por Selahattin Demirtaş, líder del HDP encarcelado desde Noviembre de 2016, que sin poder hacer campaña y vetado por los medios de comunicación, ha obtenido más del 8% de los votos. Este resultado le coloca directamente en tercera posición, a pesar de que solo ha podido dirigirse al electorado mediante fugaces llamadas telefónicas ya que permanece aislado en una celda de la prisión de Edirne, en la frontera búlgara, a 1700 kms del Kurdistán …En semejantes condiciones su resultado es una hazaña.
Además su partido, el HDP, ha conseguido sobrepasar la barrera del 10% de los votos necesarios –a nivel nacional- para obtener una representación parlamentaria. Ha obtenido un resultado superior al 11% lo que le garantiza 66 escaños en el parlamento y le convierte en la tercera fuerza política del país.
Obviamente se trata de un resultado débil si lo comparamos al alcanzado en 2015. Teniendo en cuenta el logro obtenido por el HDP el 7 de Junio de 2015 (80 diputados) el poder decidió demorar en formar gobierno, rebasando de esa manera el plazo legal estipulado, lo que permitió a Erdoğan anular el escrutinio y convocar, en toda legalidad, nuevas elecciones en Noviembre. Aquella campaña se desarrolló en condiciones nefastas- hoy ha sucedido exactamente lo mismo.
Estos resultados, alcanzados pese a enormes dificultades (agresiones a candidatos y a sedes del partido, y en lo que se refiere a la presente campaña, las elecciones se han celebrado en condiciones de estado de emergencia), confirman que las bases que apoyan al HDP son sólidas, que las ganas de democracia son fuertes, que los demócratas turcos no se dejan intimidar por la violencia y las amenazas.
A mi regreso a Francia dentro de unos días, os haré un resumen de las intensas jornadas vividas en Mardin, Nusaybin y Estambul.
Hasta pronto.