He sabido por fuentes bien informadas que nuestro todavía presidente, para defender su honor pisoteado, ha llevado al AKP hasta Francia. Hay que tener en cuenta este detalle.
¿No será que estamos en campaña electoral por casualidad?
Me pregunto por qué están los franceses tan sorprendidos. Todo esto no es ninguna novedad.
Empecemos por el embajador, examinemos el caso de este sujeto.
A Francia le han encasquetado un embajador adiestrado por soplones y los servicios secretos turcos y encima alardea de ello. Sin embargo no es de extrañar que continúe practicando su hobby en territorio franco. Y ahí tenemos una red Erdoğan bien organizada que abarca desde el responsable de las organizaciones de culto islámico oficial hasta los despachos, supuestamente culturales todos ellos, que se extienden de Burdeos a Lyon pasando por los barrios periféricos de las grandes ciudades, capaces de erdoğanizar a cualquier currela de obra.
Francia ha recibido a nuestro dictador como si se tratase de un invitado de etiqueta, con el que debatir sobre contratos y cooperación, olvidando rememorar los modales que emplea con aquellos conciudadanos que escriben, hablan y tienen un estilo de vida que no es de su agrado. Nuestras cárceles están a rebosar.
Francia sigue hablando en términos de “nuestro socio”, mientras tanto, como si se tratase de un partido de tenis, el intercambio de balas prosigue en el norte de Siria.
De manera que por qué extrañarse si una revista publica en portada la imagen de un dictador y para algunos la retirada del susodicho cartel se convierte en una cuestión de honor, acostumbrados como están a ser tratados como invitados de lujo.
El embajador aportará una ronda de loukoums y todo volverá a la normalidad, punto final.
Pero puede que algunos listillos hayan comprendido que tal vez convenga apoyar una campaña electoral que podría debilitar al dictador.
Si hago caso de los precios del mercado se diría que las finanzas están marcando la pauta. En este momento los tomates nos salen caros por culpa de la diplomacia bursátil.
En todo caso si este pequeño detalle sirve para que muchos abran los ojos y se percaten de lo que estamos padeciendo cada día, que me quiten lo bailado.
La verdad sea dicha, he apagado la tele y he salido a dar una vuelta al jardín. Tamam.
Point d’honneur pour président en péril Cliquez pour lire