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El pre­sente repor­ta­je se real­izó en Lavrio, a unos 60 km del sud­este de Ate­nas, en Diciem­bre de 2017, durante una pro­lon­ga­da estancia en un cam­pa­men­to de exil­i­a­dos kur­das auto gestionado.

Plan­ta­da en lo alto de un mástil la ban­dera del PKK hon­dea al vien­to sobrevolan­do los edi­fi­cios de dos pisos que recuer­dan un viejo insti­tu­to aban­don­a­do. El cam­pa­men­to, ubi­ca­do en ple­na ciu­dad, a dos pasos del puer­to, fue con­stru­i­do hace aprox­i­mada­mente sesen­ta años con el obje­ti­vo de acoger a los refu­gia­dos que huían de la Unión Soviéti­ca y alber­ga des­de hace 35 años a exil­i­a­dos políti­cos kur­dos y tur­cos, miem­bros o sim­pa­ti­zantes del PKK1en su may­oría, pero tam­bién del MLKP, del MKP.2 Des­de hace 3 años se les han unido famil­ias huyen­do de la guer­ra de Siria. Tenien­do en cuen­ta que el primer cam­pa­men­to no alcan­z­a­ba para alber­gar­los a todos se ha erigi­do uno nue­vo en las afueras de la ciu­dad, al pie de las col­i­nas, en un descam­pa­do de veg­etación mediter­ránea, con con­tene­dores acondi­ciona­dos que resul­tan más idó­neos para acoger a las famil­ias que los dor­mi­to­rios del cam­pa­men­to principal.

Lavrio

(Cam­pa­men­to de Lavrio, Gre­cia) Hace 3 o 4 años se con­struyó un nue­vo cam­pa­men­to en la per­ife­ria de Lavrio para acoger a las famil­ias en mejores condi­ciones con respec­to a los dor­mi­to­rios del cam­pa­men­to principal.

(Cam­pa­men­to de Lavrio, Gre­cia) Cig­a­r­ril­lo matuti­no. Des­de hace más de 30 años el cam­pa­men­to de Lavrio alber­ga a exil­i­das políti­cos tur­cas y kur­das. Des­de hace 4 años, las famil­ias que huyen de la guer­ra en Roja­va se han unido a ellos. Has­san, joven pro­fe­sor, sal­ió cor­rien­do de clase para escapar de la policía que venía a buscarlo).Arriesgaba una pena de prisión de muchos años por haber par­tic­i­pa­do en man­i­festa­ciones y apoy­a­do la difusión del idioma kurdo.

El Gob­ier­no griego, por mediación de la cruz roja heléni­ca pre­sente en Lavri, aportó una ayu­da cotid­i­ana a los exil­i­a­dos has­ta el 31 de Julio de 2017. Pero debido a la pre­sión tur­ca, decidió sus­pender de la noche a la mañana toda relación con el cam­pa­men­to y sus habi­tantes, sus­pendió las ayu­das y aban­donó los locales. El cierre del cam­po se jus­ti­ficó de for­ma vaga por el supuesto “incumplim­ien­to de las leyes grie­gas y euro­peas”, en par­tic­u­lar en lo ref­er­ente a “las entradas y sal­i­das”. Este tipo de pre­sión de parte de Turquía no es nada nue­vo des­de que opos­i­tores al rég­i­men tur­co ocu­pan el cam­pa­men­to; de aquí en ade­lante solo pueden con­tar con la ayu­da de los habi­tantes y las orga­ni­za­ciones sol­i­darias, la igle­sia grie­ga prin­ci­pal­mente, que apor­ta cada sem­ana paque­tes de comi­da a los moradores. A pesar de todo el flu­jo de exil­i­adas no cesa.

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) 31 de Julio de 2017, debido a la pre­sión tur­ca el Gob­ier­no griego decidió desen­ten­der­se por com­ple­to del cam­pa­men­to y sus­pender todas las ayu­das. La cruz roja heléni­ca, aban­donó los locales que tenía habil­i­ta­dos allí y ya no dispo­nen de ningu­na otra ayu­da ofi­cial. La úni­ca asis­ten­cia la apor­tan los activis­tas, la igle­sia, las per­sonas solidarias…

Un campo autogestionado

El rec­ha­zo de los habi­tantes del cam­pa­men­to a aban­donar la auto­gestión ha servi­do como pre­tex­to para la desvin­cu­lación del Esta­do griego.
“En el cam­pa­men­to existe una orga­ni­zación. Los habi­tantes del mis­mo eli­gen un comité del que yo soy por­tavoz”, expli­ca Sedat, cer­cano a los cuarenta. “Jun­tos orga­ni­zamos el con­jun­to de la activi­dad del cam­pa­men­to, ges­tion­amos la comu­ni­cación con las aso­cia­ciones que nos vis­i­tan, con el Gob­ier­no griego. Nos toca ocu­parnos de la higiene y la vida en gen­er­al. Tam­bién inte­gramos el comité de juven­tud, que se divide a su vez en varias comi­siones: cul­tura, arte…Es nece­sario orga­ni­zar la cir­cu­lación de per­sonas, el pre­supuesto, resul­ta difí­cil pero dada mi condi­ción de refu­gia­do se me anto­ja un tra­ba­jo impor­tante. Los habi­tantes eli­gen a sus rep­re­sen­tantes y nosotros admin­is­tramos el cam­po como podemos has­ta nues­tra par­ti­da. Después se lle­van a cabo nuevas elecciones.”

Lavrio

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Los rep­re­sen­tantes elegi­dos por los habi­tantes del cam­pa­men­to orga­ni­zan la vida cotid­i­ana, las tar­eas de limpieza, la elab­o­ración de pan… principalmente.

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) “Lle­vo aquí 5 meses. En el Kur­dis­tán era el respon­s­able del BDP de Bitlis” nos cuen­ta Sedat. “Es difí­cil ges­tionar la vida del cam­pa­men­to. Hay que orga­ni­zar la cir­cu­lación de per­sonas, el pre­supuesto, es difí­cil pero como refu­gia­do esti­mo que es una tarea impor­tante. Los habi­tantes eli­gen a sus rep­re­sen­tantes y nosotros admin­is­tramos el cam­po has­ta nues­tra par­ti­da. Después se lle­van a cabo nuevas elec­ciones”. Los miem­bros del HDP tienen que esper­ar que llegue su reg­u­lar­ización ofi­cial, cuyo trámite puede pro­lon­garse var­ios meses.

Aquí viv­en 350 per­sonas. Mujeres, niños, en cir­cun­stan­cias diver­sas. Pueden quedarse entre 1 y 2 años y medio. La may­oría per­manecen entre 5 y 6 meses. No lle­ga ayu­da del gob­ier­no ni de las orga­ni­za­ciones inter­na­cionales. Nos reg­u­lam­os nosotros mis­mos y pag­amos todos los gas­tos. Con­fi­amos en que las autori­dades no empleen la fuerza con­tra nosotros, pero creemos que el pueblo griego nos ayu­dará tenien­do en cuen­ta que este cam­pa­men­to existe des­de hace más de 35 años. Así que los lugareños cono­cen el PKK y a los kur­dos. El Esta­do tur­co ha inten­ta­do destru­ir el cam­po pre­sio­n­an­do a su homól­o­go griego. Con­tribuimos local­mente a la economía grie­ga com­pran­do en la panadería, las tien­das. Los grie­gos pade­cen tam­bién una cri­sis económi­ca, pero inten­ta­mos crear lazos con los habi­tantes. Procu­ramos no molestar­les demasi­a­do. Sabe­mos que esta­mos en su país, que nosotros aquí somos meros invitados”.

Lavrio

(Cam­pa­men­to de Lavrio, Grecia)

Lavrio

(Cam­pa­men­to de Lavrio, Grecia)

No estamos aquí por gusto”

No esta­mos aquí por gus­to” –sigue. “Si nue­stro país está en guer­ra es por cul­pa de las fuerzas inter­na­cionales, pero no juzg­amos a los ciu­dadanos europeos. A nosotros tam­bién nos gus­taría vivir en nue­stro país. Lo que nos urge es que el cam­pa­men­to sea recono­ci­do ofi­cial­mente. Aquí viv­en per­sonas orig­i­nar­ias de las cua­tro partes del Kur­dis­tán. Desearíamos con­tar con el esta­tus de cam­po de refu­gia­dos a pesar de los ataques del Esta­do tur­co. No quer­e­mos com­par­tir el cam­pa­men­to con per­sonas que se han unido a Daesh. El Esta­do tur­co asesinó en pleno cen­tro de París a tres de nues­tras mil­i­tantes, no deseamos que algo así se repi­ta aquí. Todavía dispo­nen de lis­tas de per­sonas a eje­cu­tar, los res­i­dentes tienen miedo. Y quer­e­mos pro­te­gerles. Por esta razón nece­si­ta­mos ese esta­tus. El refu­gia­do tiene dere­cho, ped­i­mos a las orga­ni­za­ciones inter­na­cionales que nos reconoz­can. Las per­sonas que viv­en aquí no son hijos de ricos, pero inten­ta­mos a pesar de todo vivir con dig­nidad. Están equiv­o­ca­dos si creen que deján­donos morir de ham­bre nos echare­mos para atrás. No quiero entrar en detalles sobre la fal­ta de recur­sos. Las mujeres, los hom­bres, niños, bebés y jóvenes de aquí tienen las mis­mas necesi­dades que los de otros lugares. La comi­da, la higiene y todo lo que hace fal­ta para vivir dig­na­mente, ¿aca­so disponemos de lo indis­pens­able? Por supuesto que no, pero no quer­e­mos drama­ti­zar tenien­do en cuen­ta que en nues­tra tier­ra hay una guer­ra, que el pueblo kur­do vive una trage­dia. Poneos en nue­stro lugar, como todo ciu­dadano nosotros tam­bién nece­si­ta­mos com­er carne, beber leche. Pero procu­ramos vivir con condi­ciones mín­i­mas. Lle­vo aquí 5 meses. En el Kur­dis­tán era el respon­s­able del BDP3de Bitlis. Quisieron meterme pre­so así que tuve que huir. Tal vez no seamos lo sufi­cien­te­mente valientes para luchar” con­cluye con una son­risa amarga.

Al igual que Sedat, encon­tramos a otros rep­re­sen­tantes del HDP o del BDP en el cam­pa­men­to. El rela­to de cada habi­tante es dig­no de una nov­ela. Cruzamos numerosos jóvenes que han tenido que huir del Kur­dis­tán, ame­nazadas con var­ios años de prisión por haber defen­di­do el idioma kur­do o haber toma­do parte en una man­i­festación o en algunos casos, por su com­pro­miso políti­co, cul­tur­al, social.

(Cam­pa­men­to de Lavrio, Gre­cia) Murat era pro­fe­sor. Con­de­na­do a varias penas de prisión debido a su activi­dad políti­ca (par­ticipó en man­i­festa­ciones), pre­fir­ió huir.

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Cihan: “Sal­imos de Sex Maq­sud (ndlr: bar­rio de Ale­po). Atrav­es­amos calles llenas de cadáveres. Mis nietas son huér­fanas. Un muro se der­rum­bó sobre ellas pero no les sucedió nada. Nos tuvi­mos que pon­er en camino hacia las 3 de la mañana con otras 5 famil­ias. No cogi­mos ropa algu­na. Lleg­amos a Afrin y vivi­mos allí jun­to con otras famil­ias durante 3 meses. Los habi­tantes nos traían comi­da. Después pasamos a Turquía. Mis hijos tra­ba­jaron allí. Después se fueron todos a Ale­ma­nia. Hace 3 años de eso. Nosotros mien­tras tan­to per­manec­i­mos en Turquía. En Izmir no teníamos ningún dere­cho. Aquí estoy sola. Me ten­go que oper­ar, mi hijo me dijo “sal de ahí”. Atrav­es­amos el rio. La policía nos atrapó y pasamos diez días en la cár­cel. Después nos enviaron a la isla de Kos. Me quisieron ale­jar aún más de mi hijo, no lo acep­té. Pagaron 3000€ para salir de Gre­cia. En Ale­ma­nia mis hijos estu­di­an y tra­ba­jan. En Siria lo han destru­i­do todo, ya no que­da nada. Solo Dios sabe si regre­sare­mos. Es nue­stro destino”.

Por lo gen­er­al las famil­ias de Roja­va no están tan poli­ti­zadas. Han hui­do de la guer­ra, muchos de ellos tras haber per­di­do algún famil­iar. El cam­pa­men­to es tam­bién un refu­gio para muchas mujeres que tuvieron que escapar solas con sus hijos. Para todas ellas la ruta es peligrosa.

Mohamed rela­ta: “Huimos de Damas. Lleg­amos a Cizire4y fuimos luego a Qamis­lo a tra­ba­jar. Después pasamos a Duhok , al Kur­dis­tán del Sur5y más tarde a Turquía. Cam­i­namos durante más de 9 horas. Cuan­do lleg­amos a Turquía nos exigieron más de 900 liras tur­cas por lle­varnos a Estam­bul. Nos quedamos allí durante 15 días. Fuimos a Edirne,6 mis hijos no tenían qué com­er. La policía nos vio y nos dijo: largo, fuera de aquí. Tan solo querían librarse de nosotros. Nos quedamos en una casa durante dos noches y hacia las 7 de la tarde cruzamos el rio para pasar al otro lado. Después atrav­es­amos el bosque. Tienes que ser enér­gi­co, sino no lo eres no con­sigues pasar. Cam­i­namos mucho. Lleg­amos hace 3 meses. No sé adónde vamos a ir. Pero ten­emos que salir de aquí. El Gob­ier­no de Asad me con­denó a 6 años de cár­cel. Si me dije­sen que no me encar­ce­la­ban volvería ensegui­da a Qamislo”.

Autogestionarse y ocuparse en el día a día.

Lo que real­mente per­ju­di­ca a las refu­giadas, más inclu­so que las condi­ciones de vida pre­carias, es la espera, com­bat­ir el abur­rim­ien­to que se insta­la y la sen­sación de no con­tro­lar el cur­so de los acon­tec­imien­tos. Las jor­nadas se van suce­di­en­do pero todos se afer­ran a la esper­an­za de encon­trar ráp­i­da­mente la man­era de lle­gar al país de destino.

Lavrio

(Cam­pa­men­to de Lavrio, Gre­cia) En el cam­pa­men­to engañamos el abur­rim­ien­to leyen­do, jugan­do al aje­drez, al tavla, charlando…El móvil es un ele­men­to indis­pens­able, nos per­mite estar en con­tac­to con la famil­ia y con los pasadores (veta­dos en el cam­pa­men­to) y nos entre­tiene al mis­mo tiempo.

Gre­cia es tan solo un paso fron­ter­i­zo, un país de trán­si­to. La incer­tidum­bre con respec­to al futuro les impi­de inve­stirse ple­na­mente en el momen­to pre­sente. Pon­er en prác­ti­ca una activi­dad den­tro del cam­pa­men­to, estu­di­ar griego, lan­zarse en un proyec­to a medio pla­zo, supon­dría recono­cer que la espera puede ser larga, ale­jarse de alcan­zar el obje­ti­vo que se habían prop­uesto cuan­do tomaron la difí­cil decisión de par­tir- una decisión que con fre­cuen­cia no era tal ya que la otra alter­na­ti­va era la cár­cel o la muerte; una res­olu­ción cos­tosa al mis­mo tiem­po, los pasadores pedían por cada eta­pa miles de euros, excluyen­do de fac­to a quienes carecían de recur­sos . Lejos de sus famil­ias y ami­gos la moral de las exil­i­adas se dete­ri­o­ra poco a poco a medi­da que van trascur­rien­do los meses, a pesar de los lazos de amis­tad que se cre­an en el cam­pa­men­to entre per­sonas que com­parten una his­to­ria y una cul­tura común. A veces hay tam­bién reen­cuen­tros entre antigu­os cama­radas de lucha o de facultad.

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Repeti­ción de eware, sketch­es cómi­cos, tradi­ción de Diyarbakır.

Para com­bat­ir el abur­rim­ien­to se pre­cisa una dis­ci­plina cotid­i­ana. El cam­pa­men­to prin­ci­pal con­s­ta de una trein­te­na de habita­ciones habil­i­tadas. Algu­nas están ocu­padas por famil­ias al com­ple­to, otras por per­sonas indi­vid­uales y algu­nas están reser­vadas a las mujeres. Cada bar­racón se autoor­ga­ni­za. El dinero nece­sario para la ali­mentación va a un fon­do común vig­i­la­do por el “admin­is­tra­ti­vo” elegi­do y todas las sem­anas el grupo real­iza las com­pras colec­ti­vas en el mer­ca­do, lo que per­mite apro­vi­sion­arse a buen pre­cio. La limpieza diaria y la comi­da se real­izan por turnos.

(Cam­pa­men­to de Lavrio, Gre­cia) Reunión de bar­racón para hablar sobre la orga­ni­zación de la sem­ana: quién coci­na, quién limpia…Es tam­bién la ocasión de aflo­jar las ten­siones inevita­bles de la vida en comunidad.

Lavrio

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) El comité de “higiene” orga­ni­za las tar­eas de limpieza del cam­pa­men­to. Ismail y Ahmed se conocieron en 2015, cuan­do el primero fue a vis­i­tar a sus her­manos y her­manas en la guer­ril­la. Ambos han per­di­do a sus padres, uno en la guer­ril­la y el otro asesina­do por Daesh. Ahmed fue elegi­do para ser su chofer. Los dos hom­bres se reen­con­traron en el cam­pa­men­to de Lavrio y des­de entonces son inseparables.

Lavrio

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Cada dos o tres días un equipo se encar­ga de hac­er pan para el cam­pa­men­to. El resto del tiem­po, las exil­i­a­dos se abaste­cen en la panadería local, que les recibe amistosamente.

Todas las sem­anas los ocu­pantes de cada estancia se reú­nen para criticar o hac­er autocríti­ca y hablar de cómo mejo­rar la orga­ni­zación. Es el momen­to de resolver las ten­siones que puedan sur­gir: fulan­i­to no ha hecho su turno de frie­gaplatos, men­gan­i­to se ha queda­do en la cama has­ta después de mediodía…O de exte­ri­orizar el malestar, como es el caso de G., que describe su depri­mente año nue­vo, lejos de la famil­ia, tras una espera de seis meses que le resul­ta inter­minable. Después cada bar­racón elige a un rep­re­sen­tante que par­tic­i­pa en la Asam­blea Gen­er­al del cam­pa­men­to y este selec­ciona el comité encar­ga­do de la orga­ni­zación gen­er­al. Este sis­tema se inspi­ra en el con­fed­er­al­is­mo democráti­co, par­a­dig­ma políti­co del PKK des­de 2005, que aspi­ra a orga­ni­zar la sociedad en asam­bleas, par­tien­do de la escala más pequeña, la comu­na, has­ta la más grande. En el seno del cam­pa­men­to los bar­ra­cones rep­re­sen­tan las comunas.

El comité de juven­tud tam­bién inten­ta crear even­tos. Cua­tro días por sem­ana se cel­e­bran sesiones de debate y diál­o­go sobre tex­tos políti­cos. Los meses trascur­ren al rit­mo de cel­e­bra­ciones o con­mem­o­ra­ciones diver­sas. En Diciem­bre por ejem­p­lo se coor­di­na una cer­e­mo­nia en hom­e­na­je a los már­tires de Robos­ki, y var­ios días después, bue­na parte del cam­pa­men­to se pone manos a la obra para orga­ni­zar las fes­tivi­dades de año nue­vo, un esca­so momen­to de dis­ten­sión colectiva.

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Hom­e­na­je a las víc­ti­mas de Robos­ki. Las con­mem­o­ra­ciones y cel­e­bra­ciones lig­adas al Kur­dis­tán per­fi­lan la activi­dad del campamento.

El resto del tiem­po las exil­i­adas matan el abur­rim­ien­to de la mañana a la noche pase­an­do alrede­dor del cam­pa­men­to, al bor­de del mar y toman­do té y café en las cer­canías. Algunos salen tem­pra­no a pescar, otros van a Ate­nas durante var­ios días para resolver for­mal­i­dades admin­is­tra­ti­vas, vis­i­tar a cono­ci­dos que han deci­di­do vivir allí, por ejem­p­lo en uno de los numerosos squats auto­ges­tion­a­dos de la ciu­dad. El movimien­to kur­do ha par­tic­i­pa­do sobre todo en la aper­tu­ra del City Plaza, unos de los lugares de acogi­da de exil­i­a­dos más desar­rol­la­dos que exis­ten en la actualidad.

En el cam­pa­men­to se debate mucho, de todo y de nada, sobre las noti­cias del Kur­dis­tán, pero esen­cial­mente acer­ca de cómo salir de allí. Al lle­gar a Gre­cia, tras var­ios días de deten­ción pre­ven­ti­va, se facili­ta a las refu­giadas un doc­u­men­to según el cual deben coger cita para pedir la solic­i­tud de asi­lo. La pre­sentación de una solic­i­tud ofi­cial de asi­lo tar­da alrede­dor de un año en ser exam­i­na­da y la solic­i­tan en su may­oría los cuadros políti­cos a quienes el par­tido ha pro­hibido uti­lizar rutas clan­des­ti­nas. Los otros bus­can el modo de salir ile­gal­mente de Gre­cia para hac­er su solic­i­tud en otro país. Efec­ti­va­mente el reglamen­to Dublín III7estip­u­la que es el país en el que se ha reg­istra­do la peti­ción de asi­lo el que debe exam­i­narlo, lo que per­mite a Esta­dos como Fran­cia o Ale­ma­nia desen­ten­der­se del asun­to. Sin embar­go ningún/a exil­i­a­da desea per­manecer en Grecia.

Lavrio

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Gafur, Siyar y Hasan toman un café en la panadería cer­cana al cam­pa­men­to. La relación con los lugareños es bas­tante cor­dial, las exil­i­adas kur­das procu­ran par­tic­i­par en la economía local.

Los pasadores tienen veta­do el acce­so al cam­po, las exil­i­adas los con­tac­tan a través del telé­fono. Les envían dece­nas de fotos de doc­u­men­tos de iden­ti­dad de todos los país­es europeos. Entonces les toca encon­trar el doc­u­men­to que con­tenga una foto de una per­sona con la que guarden cier­to pare­ci­do. Y si bien el resul­ta­do es incier­to el doc­u­men­to se venderá a miles de euros: son numerosos los que han inten­ta­do pasar los con­troles con esta tác­ti­ca pero han sido des­cu­bier­tos. Otros se plantean huir cam­i­nan­do, guia­dos o no por un pasador, pero muchos fra­casan tam­bién con este méto­do. A finales de 2017 al reforzarse los con­troles fron­ter­i­zos la situación se agravó. Siyar, que lle­va en el cam­pa­men­to 3 meses, nos dice que ape­nas 15 per­sonas pudieron huir por esta vía. Las exil­i­adas se diri­gen a sitios donde tiene lazos famil­iares o amis­tosos. Los des­ti­nos de predilec­ción son Ale­ma­nia, Suiza y Sue­cia. Durante mucho tiem­po se ha con­sid­er­a­do a Fran­cia como un lugar que sim­pa­ti­za con los kur­dos, pero su ima­gen se ha dete­ri­o­ra­do mucho debido a las condi­ciones de acogi­da reser­vadas a las emi­grantes estos últi­mos años. Además el apren­diza­je del idioma resul­ta difí­cil. Efec­ti­va­mente los jóvenes ansían mane­jar ráp­i­da­mente el idioma del futuro país con el obje­ti­vo de retomar los estu­dios y la activi­dad profesional.

Si bien unas mejores condi­ciones de vida ani­man a la may­oría de las exil­i­dadas son muchos los que perciben tam­bién un modo de con­tin­uar su com­bate políti­co a sal­vo de la represión.

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(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Ismail tiene 32 años. Algunos de sus her­manos y her­manas se han incor­po­ra­do a las filas del PKK. Tan­to él como sus padres han esta­do encar­ce­la­dos varias veces. En 2010 obtu­vo asi­lo políti­co en Suiza para escapar de un juicio que había sido puro mon­ta­je y quedó archiva­do. Su padre era peri­odista y dis­tribuidor del diario de oposi­ción kur­do Özgür Gün­dem. Un día de 2014 cuan­do sal­ió a hac­er su turno de mañana fue asesina­do por miem­bros de Daesh, luego estos enviaron un video a Ismail reivin­di­can­do su muerte y dicién­dole que él seria el próx­i­mo de la lista. La policía tur­ca no quiso saber nada. Después volvió la repre­sión y con­fis­caron el pas­aporte de Ismail. La famil­ia le suplicó que se fugase para evi­tar una nue­va encar­celación. Tuvo que dejar atrás mujer y tres hijos. Des­de hace meses espera el modo de poder reunirse con famil­iares en otro país europeo.

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(Cam­pa­men­to de Lavrio, Gre­cia) La pequeña Sera y su mamá Felek se fueron de Roja­va cuan­do los yihadis­tas asesinaron a su mari­do. Quieren reunirse con la famil­ia que aún les que­da en un país europeo. Felek estudió inglés en la uni­ver­si­dad durante 4 años y después regresó a Roja­va, a Sere Kaniye, antes de que la guer­ra civ­il estal­lase en Siria.

Lavrio

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Diana (a la izquier­da) es ori­un­da de Roja­va. Atrav­esó clan­des­ti­na­mente la fron­tera entre Gre­cia y Turquía, cam­i­nan­do durante 5 días. Lle­va dos años en el cam­pa­men­to jun­to a su madre y her­manas, quiere reunirse con su padre en Ale­ma­nia. Durante el ciclo esco­lar va a la escuela en Lavrio. La his­to­ria de su ami­ga Ruha es parecida.

Lavrio

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) Pre­lim­inares de un espec­tácu­lo de Kurte-sano, teatro pop­u­lar de Diyarbakır. Doğan (a la izquier­da): “Me llamo Dogan. Soy peri­odista de la agen­cia DIHA (pro­hibi­da por el Esta­do tur­co tras la ola de repre­sión pos­te­ri­or al inten­to de golpe de Esta­do de Julio de 2016). Tam­bién tra­ba­jé para Azadiya Welat. Tuve que huir de Turquía a con­se­cuen­cia de la repre­sión. El Esta­do tur­co ha empren­di­do 27 juicios con­tra mí. En total me con­denaron a 40 años de prisión. No me quedó otra opción. Están lle­van­do a cabo una matan­za en el Kur­dis­tán, no podemos per­manecer calla­dos. Cuan­do llegue a Fran­cia pien­so retomar mis estu­dios y pon­erme a trabajar”.

(Cam­po de Lavrio, Gre­cia) 4 veces por sem­ana se orga­ni­zan debates sobre cues­tiones políti­cas, culturales…

Ya sea en la esfera cul­tur­al, como Has­san*, joven pro­fe­sor de lit­er­atu­ra que tuvo que salir cor­rien­do de clase para evi­tar que le detu­viesen porque defendía el empleo del idioma kur­do. El mucha­cho desea con­tin­uar tra­ba­jan­do por el reconocimien­to y desar­rol­lo del dialec­to zaza. Ya sea en la pedagóg­i­ca, como Dilek*, que esta­ba des­ti­na­da a la enseñan­za has­ta que apare­ció la policía para forzarla a con­ver­tirse en con­fi­dente, y ante su rec­ha­zo le ame­nazaron con largas penas de prisión. O en el caso de Fırat*, por dar a cono­cer el com­bate del PKK: “Lle­vo 3 meses aquí. Quiero con­tin­uar mi activis­mo en Europa. Tras haber pade­ci­do la real­i­dad Kur­da resul­ta pri­mor­dial hablar de ello, expon­er nue­stro proyec­to. Es el deber moral de cada kur­do. Hay que decírse­lo a todo el mun­do. Nece­si­ta­mos explicar lo que está suce­di­en­do, hay que describir el sufrim­ien­to, ampli­ar la lucha. (…)El con­fed­er­al­is­mo democráti­co no solo tiene que echar raíces en Roja­va sino en el mun­do entero. Es cier­to que está evolu­cio­nan­do en Roja­va pero tiene que pros­per­ar. No puede lim­i­tarse a aque­l­la zona, tiene que exten­der­se a las cua­tro partes del Kur­dis­tán. Así que mi deber como kur­do, esté donde esté, es expli­car­lo. Ten­emos que luchar por nue­stro pueblo, por el con­fed­er­al­is­mo democrático”.

*los nombres han sido cambiados

Loez

(Cam­pa­men­to de Lavrio, Grecia)


Traducido por Maité
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Loez
Pho­to-jour­nal­iste indépendant
Loez s’in­téresse depuis plusieurs années aux con­séquences des États-nations sur le peu­ple kurde, et aux luttes de celui-ci.