Así funciona la matemática del Estado islamo- nacionalista turco, sin hacer ninguna concesión a la cobardía de los poderes europeos que fingen no enterarse de nada.
Ha sido puesto en libertad el periodista germano turco Deniz Yücel, que llevaba un año detenido por “terrorista” y había sido objeto de una petición pública de liberación durante un encuentro entre Angela Merkel, de regreso al ruedo político por un tiempo y el primer ministro turco. Felizmente ha podido salir de Turquía y se encuentra ahora a salvo en Alemania.
Se trata de una buena noticia para sus amigos y las personas que le respaldan. Pero tenemos que ser conscientes de que los términos de intercambio entre el gobierno turco y el alemán implican concesiones y retenciones adicionales.
Al mismo tiempo la in-justicia turca pronuncia tres condenas a perpetuidad incomprensibles, en un largo juicio cuyos protagonistas estaban acusados de “tentativa de vuelco del orden constitucional”, tal y como ha anunciado en Turquía la prensa obediente. Había que añadir algo de peso en el segundo platillo de la balanza de la injusticia.
En realidad han necesitado seis para equilibrar la balanza.
Una mezcla de condenas entre periodistas opositores reconocidos tal y como los hermanos Ahmet y Mehmet Altan o la periodista y escritora de 73 años, Nazlı Ilıcak, y antiguos colaboradores del periódico Zaman, aliados ayer y enemigos en el presente, considerados como el “brazo mediático” del movimiento del predicador Gülen (FETÖ), permite por decirlo de alguna manera, sellar una especie de pacto antiterrorista por medio de seis condenas a perpetuidad en las cárceles turcas. Por supuesto los argumentos son grotescos, evocan “mensajes subliminales” transmitidos en un plató televisivo antes del fallido golpe de Estado de 2016. Entre ellos figura incluso un grafista que apenas había trabajado unos meses en el diario…
He aquí una clara advertencia enviada a los “derecho humanistas” europeos que sin embargo se resisten a toda sanción contra el régimen AKP, “socio indiscutible de Oriente Medio”. Los mismos que callan durante los ataques a Afrin y cuando el malvado acuerdo concertado con Erdogan respecto a los refugiados produce mortíferos efectos para una miseria del mundo no deseada. Pero las lamentaciones sin consecuencias de estos son pisoteadas. Ha llegado la hora de que el secretario general del Consejo de Europa, del que Turquía forma parte, insista en el respeto de las decisiones de la Corte Constitucional, la cual había ordenado hace poco la liberación de Mehmet Altan.
El orden constitucional lo marca Erdogan, jefe de guerra y patrón del clan, que en lo sucesivo ha iniciado una huida hacia adelante en la línea “todas las fosas comunes que la república emplea su tiempo en cavar y recubre después de tierra de olvido”, según la hermosa formula de Asli Erdogan, felizmente protegida en su semi exilio, sobre quien sigue pesando la amenaza de cadena perpetua.
Estas condenas presagian otras, teniendo en cuenta los rechazos, retrocesos y divisiones de los gobiernos europeos, cuyo líder principal se ha manifestado hoy a propósito de las atrocidades perpetradas por el Estado turco y los islamistas sirios libres en Afrin.
El régimen, amenazado por una serie de crisis que están saliendo a la luz, necesita proseguir aplicando la injusticia de manera contundente; es también la elección política de Erdogan que pretende incrementar la tensión para consolidar su poder.
Las purgas y los sucesivos decretos han puesto en peligro, han dividido a la población y han originado un terror sordo, invisible para el turista pero omnipresente.
Hace poco hemos visto cómo difundían una “advertencia” al periodista belga Bahar Kimyongür y ponían precio a su cabeza. Como si se tratase de una broma belga allende las fronteras, esta información no ha creado mayor revuelo. Hoy al menos se ha hecho público un Acto proveniente del Sur,1redactado por una mujer de negocios flamante ministra de cultura de Francia, en cuyo catálogo figura una de los escritores condenados.
Estos expedientes del tribunal, apoyados por la sacrosanta acusación de terrorismo no se deben interpretar en blanco y negro. Así como la inmensa mayoría de causas contra los periodistas y escritores, estas “instrucciones” tienen su raíz en viejos ajustes de cuentas relacionados con las entrañas del Estado turco, los vetustos negocios de la república, el acceso al poder y a la corrupción de unos y otros, disfrazados de “democracia republicana” que no ha existido jamás.
Al igual que la mayor parte de los Estados Nacionales de Oriente Medio, el Estado Nación turco está en crisis, y lo seguirá estando mientras prevalezcan las tensiones de identidad y de carácter religioso y la violencia nacionalista de su poder mantenga una dialéctica mortal con las viejas democracias occidentales devastadas por un liberalismo desenfrenado.
El avestruz es vulnerable cuando esconde la cabeza en la arena.
Traducido por Maité
Yücel, Altan, je pose un, je retiens trois… Cliquez pour lire
Yücel, Altan, take out one, hold three… Click to read
Yücel, Altan, ne lascio uno, ne trattengo tre… Clicca per leggere