Français | Castellano

De exposi­ción en exposi­ción las obras de Zehra Doğan sacu­d­en, con­mo­cio­nan, a veces mov­i­lizan.“Esa partícu­la libre de mí mis­ma que via­ja” en pal­abras de la propia Zehra. Sus obras clandestinas.

Una por­ción de su carne y de su san­gre, de la mujer de 28 años, la auto­ra, la artista, arraiga­da en la cul­tura y los col­ores del Kur­dis­tán, que en la actu­al­i­dad cumple con­de­na en la prisión de Diyarbakır (Amed).

El dibu­jo de la dis­cor­dia, real­iza­do a toda prisa en una table­ta numéri­ca como reac­ción a una fotografía vic­to­riosa divul­ga­da por el ejérci­to vence­dor en la que se veía “su” Nusay­bin destru­i­da, le ha con­duci­do a la cár­cel para unos cuan­tos años.

La mari­posa enjaulada

Sin embar­go su ale­teo, su resisten­cia al invier­no tur­co nos mues­tran sus ganas de vivir, dis­pues­ta siem­pre a lev­an­tar el vue­lo. Ese ale­teo especí­fi­co, el susurro de los lien­zos, el cuchicheo de los vis­i­tantes en el tran­scur­so de las exposi­ciones que se van acu­mu­lan­do, nos hablan más allá de las pal­abras, de for­ma gradual.

El efec­to mari­posa nos trans­mite lo que ha sig­nifi­ca­do ser kur­do estos últi­mos años, bajo el fuego de las mili­cias y la sol­dadesca tur­ca. Per­mite entr­ev­er la humanidad min­u­ciosa­mente ocul­ta a causa de sinies­tras razones geo estratég­i­cas que dev­as­tan el Kur­dis­tán tur­co sin tregua des­de 2015. La escrito­ra Aslı Erdoğan, que arries­ga una con­de­na de prisión per­pet­ua, se refiere tam­bién a “las fos­as comunes cavadas sin des­can­so en Turquía, cubier­tas para siem­pre por un man­to de tier­ra de olvido.”

Las obras de Zehra son al mis­mo tiem­po un gri­to con­tra ese olvi­do. Como el cuadro que rep­re­sen­ta el asesina­to de Kemal Kurkut durante los fes­te­jos de Newroz en 2017, que orig­inó el uso del papel de per­iódi­co y de los tit­u­lares como soporte pictórico.

Zehra no está nece­si­ta­da de un “arte com­pro­meti­do”. No emplea el tra­zo o el col­or para difundir un men­saje ide­ológi­co unívo­co, tam­poco prac­ti­ca un real­is­mo pic­tóri­co con per­son­ajes de puño alza­do, pref­er­ente­mente de perfil…Refleja en sus obras, no ya su sufrim­ien­to per­son­al, sino el dolor exper­i­men­ta­do en su entorno, que ha fre­cuen­ta­do, doc­u­men­ta­do y dado a cono­cer en su labor como peri­odista de la agen­cia JINHA, pro­hibi­da a pos­te­ri­ori. “Este olor a san­gre que no con­si­go quitarme de enci­ma”, el de los bebés, las madres, los cuer­pos aban­don­a­dos en la calle o arrastra­dos detrás de los blinda­dos, mez­cla­dos con el áci­do de la carne car­boniza­da de los civiles en las cuevas. Ella lo colo­ca sobre el lien­zo o el papel, a modo de señal de las masacres, que no ha sido capaz de escribir y describir.

Con los ojos abier­tos de par en par”…Como los ojos que ador­nan las alas de la mari­posa común, más cono­ci­da como Vulcano*.

En este instante se entre­lazan los frag­men­tos entre leyen­da y realidad.

Eran las 7 de la tarde. Entra­da la noche, la torre de St Aubin, una mag­nifi­ca joya del siglo XII, cre­a­ba un halo de luz en medio del llano empe­dra­do del ren­o­va­do bar­rio de Angers, a dos pasos del Museo de Bel­las Artes. Una trein­te­na de lien­zos y obras de Zehra esta­ban allí expuestos des­de el 11 de Enero. Y por supuesto, el últi­mo gri­to de Kemal, sac­ri­fi­ca­do durante la pri­mav­era kurda.

Una mari­posa surgió de una improb­a­ble crisál­i­da por deba­jo de la bóve­da de piedra, en pleno invier­no, real­izó su primer vue­lo y vino a posarse en el bor­de de un lienzo…Concretamente el “con­sagración asesina de la primavera”.

¿Cómo no dar sig­nifi­ca­do a esta suce­sión de coin­ci­den­cias? La tec­nología per­mite que cualquiera en pos­esión de un móvil pue­da cap­turar una ima­gen, de tal man­era que la mari­posa quedó graba­da a la veloci­dad de un doble clic. Una de las últi­mas invi­tadas de la noche nos envió la foto.

papillon

La his­to­ria podría ter­mi­nar ahí.

Al día sigu­iente con­ta­ba la anéc­do­ta, esa especie de respiro entre dos impactos visuales, a un ami­go que había vis­i­ta­do la exposi­ción por la mañana. “Es una vul­cano”, me dijo… Una mari­posa común.

Vul­cano, del latín Vul­canus, dios romano del fuego, de los vol­canes, patrón de los her­reros. Encar­na no solo el fuego bene­fac­tor, fuente de la indus­tria humana, sino tam­bién el fuego destruc­tor, cuyo pro­ce­so puede pre­cip­i­tar o sus­pender… Os ahor­ro la con­tin­uación de Wikipedia.

Kemal Kurkut fue asesina­do durante los fes­te­jos de Newroz, en Diyarbakır, en mar­zo de 2017. El per­iódi­co que uti­liza Zehra para dibu­jar el gri­to, dota­do de una rabia mez­cla­da con una pro­fun­da tris­teza, describe el mar­tirio del joven vio­lin­ista y pub­li­ca las fotos de los asesinos come­tien­do el crimen. Un Newroz en el que se der­ra­ma san­gre Kur­da, una vez más.

Un Newroz de fuego y sangre.

El Newroz fes­te­ja el fuego, el final del invier­no, el nue­vo año Kur­do. El Newroz se basa en la leyen­da de Kawa ( Kawayê Hesinkar en kur­do) que según cuen­ta la tradi­ción se opu­so al rey Dihak (o Dehak), un tira­no que hacia reinar el ter­ror en todo el país …
Si alguien me hubiese pre­sen­ta­do un guión seme­jante para un cor­tome­tra­je se habría gana­do un pro­ce­so. Hubiese pedi­do que la mari­posa com­pare­ciese como testigo.

Para la próx­i­ma exposi­ción, te esper­aré, no está lejos, dos alas de mari­posa de aquí…

(*) En realidad, es una mariposa que pertenece también a la familia de Nymphalidae y no específicamente a Vulcan. Pero sabes que el nacionalismo de identidad no es nuestro credo ni el de Zehra.

Traducido por Maité 
Por respeto hacia la labor de las autoras y traductoras, puedes utilizar y compartir los artículos y las traducciones de Kedistan citando la fuente y añadiendo el enlace. Gracias.
KEDISTAN on EmailKEDISTAN on FacebookKEDISTAN on TwitterKEDISTAN on Youtube
KEDISTAN
Le petit mag­a­zine qui ne se laisse pas caress­er dans le sens du poil.